Venezuela: 2013 ha sido un año particularmente violento

Monseñor Diego Padrón abre la 101 asamblea ordinaria de la Conferencia Episcopal Venezolana

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«Para la mayor parte de los venezolanos, el 2013 no ha terminado satisfactoriamente ni el 2014 se asoma con buena cara. El país vive en la incertidumbre y con miedo. La insatisfacción del pueblo es grande, puesto que el gobierno no ha logrado revertir los problemas sociales que más le afectan. 2013 ha sido un año particularmente violento aún reconociendo el plan de seguridad del gobierno nacional, el índice de homicidios de Venezuela es porcentualmente superior al de los países de la región». Estas son palabras del presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, monseñor Diego Padrón, en su discurso de apertura de la Centésima Primera Asamblea Ordinaria.

Padrón también reconoció que en el año que acaba de terminar «creció la escasez de alimentos en forma alarmante y hasta visiblemente trágica». Este hecho,  junto con el aumento del precio de los recursos básicos y las fallas eléctricas, «crea un creciente malestar social que se refleja en estados de tensión, descontento e incomodidad e incluso en trastornos o desequilibrios psíquicos».

Por otro lado subrayó que esta  incertidumbre e intranquilidad social y económica hay que sumarle «el dolor de muchas familias por muerte violenta de sus seres queridos». En el nivel político, observó,  «se mantiene desde hace quince años la polarización, el recíproco desconocimiento de los sectores enfrentados y las mutuas acusaciones de ineficiencia y corrupción, por un lado,  y de conspiración y desestabilización, por otro».

Y aunque admitió que «ha habido de parte del gobierno unos reconocimientos provechosos para la salud del país, como es la comprobación en el 2013 de la  corrupción, perversa realidad que en años anteriores se evitaba tocar, y aun mencionar,  como un tabú»;  también «se mantiene en el sistema una impunidad protectora de privilegios. En la guerra contra la corrupción, la sangre no ha llegado al río».

Monseñor Padrón ve como un evento históricamente posito la reunión del presidente de la República con los Diputados de la oposición en el mes de diciembre y deseó que dejen de ser ocasionales o espasmódicos.

Junto con la profunda crisis social, económica y política  «se percibe una crisis cultural de valores éticos y espirituales. La acérrima lucha por el control del poder político desvirtúa la naturaleza y fines de las instituciones», admitió monseñor Padrón.

En esta visión panorámica del país y hablando sobre el problema de los privados de libertad por razones políticas o rasantes con la política, el presidente de la CEV, admitió que «el perdón no es ajeno a nuestra cultura ni es una señal de debilidad» y que «en el ámbito de la reconciliación social, la autoridad de un gobierno no reside en la coerción sino en la inteligencia para ganar honesta y razonablemente a sus adversarios».

Monseñor Padrón se mostró convencido de que el presidente de la República es «proclive a una medida humanitaria a favor de los privados de libertad, acusados de atentar  contra la vida de las personas o contra el mismo Estado.»

La CEV entiende el diálogo con el gobierno «como un camino para analizar diversos problemas del país y hallarles respuesta».  Nuestro único interés y nuestro primer objetivo – especificó «no son que la iglesia esté  bien con el gobierno, sino que todo el  país esté  bien con quienes lo gobiernan». A continuación manifestó su preocupación por el currículo escolar sin contenido.

Hablando sobre la Iglesia, señaló «los profundos cambios introducidos en la Iglesia con la renuncia del Papa Benedicto XVI y el comienzo del pontificado del Papa Francisco se han vivido intensamente tanto en el medio eclesial como en el ambiente político-social venezolano». Así como afirmó que la renuncia del papa emérito » ha sido una lección magistral para los líderes detentores del poder». Sobre el papa argentino ha dicho que su nombre, Francisco «es un nombre que con connota radicalidad evangélica».

Monseñor Padrón quiso mencionar como de gran importancia la realización del IV Congreso Misionero Americano,  así como la participación de numerosos jóvenes venezolanos a la JMJ de Brasil.

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ZENIT Staff

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