Desde el pasado 13 de enero, miles de cubanos están visitando en la Catedral de La Habana la muestra “La Biblia: camino de Dios en el Camino del Hombre” conformada por 8 galerías con un total de 120 objetos de valor histórico y arqueológico relacionados con la Sagrada Escritura y su historia.
Quienes visitan la muestra, pueden admirar: desde una ‘Lámpara de aceite con cuatro esquinas’, en barro, que data de unos 2000 años antes de Cristo, hasta un microfilm de la Biblia Lunar Apolo 14 (inglés), llevado a la luna, el 5 de febrero de 1971, por el astronauta Edgar D. Mitchell.
Además, los visitantes que responden a preguntas sobre la Biblia, reciben una impresión en tinta realizada, ante sus ojos, por un artefacto en madera, réplica de la imprenta de Gutenberg que en 1445 revolucionó el mundo de la lectura.
Para dar cabida a esta exposición, la Catedral de la Habana cesó litúrgicamente desde el 2 de enero. Como preparación pastoral, el mes de noviembre se dedicó a estudios bíblicos en las comunidades católicas habaneras. La Exposición ha sido acompañada de cinco conferencias magistrales impartidas por especialistas, tales como el arzobispo Jean Louis Brugues, O.P. Archiverodel Vaticano,el Dr. Carlos Campo, Presidente de Regent University, EUA, el cardenal Giuseppe Betori,Arzobispo de Florencia, Italia, la doctora Esther Miquel, de la Universidad de Salamanca y el P. José M. Abrego de Lacy, S.J. presidente de Pontificio Instituto Bíblico de Roma.
El arzobispo de la Habana, cardenal Jaime Ortega Alamino, presentó el evento como un acontecimiento único, que permitirá recorrer “los principales hitos, a lo largo de siglos y hasta nuestros días, de La Historia de La Biblia, testimonio escrito del desbordante e incontenible amor de Dios hacia el género humano”.
La muestra, que concluye el 2 de febrero, exhibe piezas de gran valor histórico o arqueológico relacionadas con la Biblia y proceden en su mayoría de la Colección Green, con sede en Oklahoma City, en Estados Unidos, y sostenida por una familia bautista norteamericana que ha costeado los gastos a través de la fundación ‘The Museum of the Bible’.
Todos los materiales necesarios y las piezas a exhibir fueron recibidos de Estados Unidos, preparados y embarcados por esa entidad que trabajó con el personal de la Arquidiócesis de La Habana, explicó José Ramón Pérez, administrador del Arzobispado de La Habana. Él ha calculado que unas 800 personas han visitado la muestra diariamente, llegando a unas 2.000 el fin de semana, en un horario sin descanso de diez de la mañana a nueve de la noche.
“Todo ha sido muy bueno. Ya han pasado por la catedral unas 15.000 personas”, indicó cuatro días antes del cierre el P. Yosvany Carvajal Sureda rector del Centro Cultural Félix Varela.
“Pienso que sobrepasaremos los 20.000 visitantes”, señaló el canciller de la Arquidiócesis, Mons. José Ramón Suarez Polcari. Él ha reconocido visitantes “de las parroquias, de Iglesias Evangélicas, de la Comunidad Hebrea, estudiantes y profesionales, religiosas, sacerdotes, pastores y seminaristas”. Opina que esta siendo “un público muy variado, interesado, curioso y respetuoso. En general se van muy contentos”.
La apertura oficial fue precedida por “una gala cultural, el 11 de enero, en la Plaza de la Catedral con unos 600 invitados”, señaló el Canciller. Asistieron representantes del Consejo de Iglesias de Cuba, de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido y del mundo de la cultura.
Sobre la fachada de la catedral se proyectaron imágenes religiosas y según explicó Mons. Suárez Polcari, en una entrevista on-line, actuaron bailarines, solistas y una pequeña orquesta sinfónica. “Jóvenes en su gran mayoría, presentaron diez pasajes de la Biblia dramatizados y cantados. Un judío hizo sonar el ‘shofar’ (cuerno) y las campanas de la catedral doblaron en el momento de la muerte de Cristo, terminando todo con el Aleluya del Mesías de Handel”, añadió.
El 12 de enero fue la inauguración oficial con representantes de la familia Green; el nuncio apostólico, arzobispo Bruno Musaró; el cardenal Ortega; y académicos invitados así como Miguel Díaz-Canel Bermúdez, primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros; Joel Ortega Dopico, presidente del Consejo de Iglesias de Cuba; y otros representantes del gobierno cubano y del mundo de la cultura, quienes hicieron un recorrido de la muestra.
El público pudo hacerlo a partir del día 13 de enero. Dayron Hernández Martín lo hizo con un grupo de seminaristas, entrando por parte derecha de la catedral, en donde había biblias a la venta. En una carpa situada en el atrio, un grupo de voluntarios le dio la bienvenida entregándole una guía de la exposición con la explicación de los objetos en cada vitrina, un folleto que narra la “Historia de la Salvación”, otro pequeño “Libro de Historias Bíblicas”, en dibujos animados para niños y un marcador como recordatorio de la exposición.
En el baptisterio de la Catedral, vio un audiovisual de unos siete minutos “que narra cómo surgió la Biblia y como ha sido que ha llegado hasta nosotros”, explicó Hernández. Desde ahí pasó al recorrido de la exposición “delimitado por unas paredes de lienzo pintadas con escenas de la Sagrada Escritura, mapas y lugares de la geografía bíblica”, apuntó.
En el recorrido hay 15 vitrinas con carteles explicativos de los objetos pertenecientes a distintos momentos de la historia: Se inician con el Antiguo Testamento y la conservación de la Escritura por el Pueblo Judío: manuscritos, porcelanas, papiros, rollos de La Tora de distintas épocas.
Como transición al Nuevo Testamento se muestra un Arca o “cofre sagrado” (el “Arón haKodesh”) dónde se conserva la Torá, que es el antecesor del Sagrario, y un cáliz con su patena. Siguen muestras de ejemplares bíblicos que han sentado pauta en la cristiandad como la Sacra Vulgata del siglo XIII, la Políglota Complutense (1514), con textos comparados en hebreo, caldeo, griego y latín; el Nuevo Testamento de Lutero (1558), la Biblia de Ginebra (1560), y la traducida en 1685 al dialecto Natick, de las tribus Algoquim, de Massachusetts, que exigió al autor crear un sistema de escritura y posterior alfabetización, ya que tal dialecto no había sido nunca escrito.
“Otro audiovisual, que propone la importancia de la lectura de la Biblia, se ofrece antes de salir a la misma carpa donde antes te habían recibido, por el atrio derecho de la catedral”, explicó el seminarista.
Además de los objetos de la Colección Green, “en lugares adecuados hemos incluido piezas procedentes de colecciones locales”, explicó el administrador del Arzobispado quien resaltó la colaboración, por parte de las autoridades y la coberturade la prensa cubana ‘on-line’ a los actos inaugurales con detalladas descripciones de esta exhibición.
Indicó que aunque es una iniciativa católica “se ha trabajado conjuntamente con los hermanos separados y la comunidad hebrea”. Sus representantes han actuado de guías para los grupos, junto a voluntarios católicos.
Al presentar la exposición, Mario J. Paredes, director de la Oficina del Ministerio Católico de la Sociedad Bíblica Americana, con sede en Nueva York, indicó que “los organizadores pretenden dar a conocer de la forma más extensa, científica y organizada cómo el texto de la Biblia ha llegado hasta nosotros (…) porque el conocimiento del texto bíblico se enriquece con el conocimiento de su contexto y la historia de su formación”.
Para el seminarista Hernández Martín, esta exposición “va a ayudar a todo el que la disfrute, creyente o no, a valorar e interesarse más por la lectura de las Sagradas Escrituras”.