Un grupo de 50 hombres armados pertenecientes al grupo islamista Boko Haram, vinculado a Al Qaeda, mataron al menos a 59 estudiantes de una escuela sencudaria en la localidad de Buni Yadi, en el noreste de Nigeria, según confirmaron ayer las autoridades locales.
Los islamistas radicales ingresaron en la madrugada de este martes en el centro educativo de titularidad cristiana y prendieron fuego a la institución. Las víctimas, en su mayoría niños, murieron asesinados o en el incendio que se declaró en la escuela. Al parecer, los agresores lanzaron explosivos en el recinto del internado, abrieron fuego en los cuartos y mataron a algunas de las víctimas con arma blanca, según fuentes médicas del Hospital Sani Abacha de Damaturu que no han sido no confirmadas oficialmente, informa AFP.
En un comunicado oficial, el presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan reprobó «el asesinato atroz, brutal y sin sentido de los estudiantes sin culpa por parte de terroristas y fanáticos trastornados, que han perdido claramente toda la moralidad humana y han descendido a la bestialidad».
«Las Fuerzas Armadas de Nigeria y otras agencias de seguridad continuarán la guerra contra el terrorismo con todo el vigor, la diligencia y la determinación hasta que la oscura nube de asesinatos masivos y destrucción de vidas y propiedades sea removida de nuestro horizonte de forma permanente», añadió el jefe del Estado.
Por su parte, el Gobierno español condenó «el deleznable ataque terrorista» en un nota del Ministerio de Asuntos Exteriores. «En estos terribles momentos, España expresa su solidaridad con el pueblo y autoridades de Nigeria, y traslada sus condolencias a los familiares de las víctimas», manifestaron este miércoles desde Exteriores.
Asimismo, reiteraron su «apoyo a Nigeria en la lucha contra el terrorismo, lacra que en atentados como el de ayer muestra su cara más horrible, con el asesinato indiscriminado de niños inocentes». «España seguirá apoyando al país africano en la construcción de una sociedad cohesionada y en paz», prometió el Gobierno.
Nigeria está amenazada por el aumento de la actividad de grupos islamistas radicales. La violencia en las provincias cercanas al Sahara no ha hecho más que aumentar, con la sucesión de atentados terroristas, en su mayoría perpetrados por las milicias de Boko Haram, que luchan por un Estado regido por la «sharia» (ley islámica) en el norte del país.
Desde 2011, han sido asesinados cerca de 800 fieles y se han producido más de 400 ataques contra iglesias cristianas. Muchos creyentes saben que su vida corre peligro por acudir a la misa del domingo.
Entre las acciones más sangrientas de Boko Haram, cuyo nombre significa «la educación no islámica es pecado», se encuentran los ataques contra iglesias cristianas durante la Navidad de 2011 y la Semana Santa de 2012, que causaron decenas de muertos.
Los ataques de Boko Harám han provocado el éxodo de decenas de miles de personas que han escapado al vecino Níger. El gobierno de Niamey les ha concedido el estatuto de refugiado, pero varios trabajadores de la ONU aseguran que también ha prohibido la construcción de campamentos formales, temiendo que una estructura formal pudiera fomentar aún mayor afluencia de refugiados.