Honduras festejó los 13 años que su eminencia Oscar Rodríguez Maradiaga cumplió como cardenal del país, recordando ese 21 de febrero de 2001 cuando fue elevado por el papa Juan Pablo II. Fue el primer cardenal que tuvo Honduras y el purpurado asumió en Roma como titular de la iglesia Santa María de la Esperanza.
En diversos templos de Honduras ofrecieron la santa misa por su persona, teniéndolo particularmente presente ahora que viajó a Roma para acompañar al papa Francisco con el llamado Consejo de los ocho cardenales.
Con motivo de la plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina, que concluyó el viernes pasado en Roma, ZENIT pudo preguntarle cómo vivió los tres papas de su cardenalato, respuestas que compartimos con nuestros lectores.
“El Señor ha sido muy generoso –indicó el primer purpurado nombrado en Honduras– en darme la posibilidad de 13 años de cardenal”. Recordó que fue nombrado por Juan Pablo II: “Fue un momento inolvidable. Me recuerdo cuando me estaba entregando el birrete, me golpeó sobre el hombro y me dijo en italiano: ‘bravo’ ‘bravo’ (muy bien, muy bien)”. Y comentó que lo sintió como un padre: “Fue siempre para mi como un padre y encontré en él siempre un apoyo muy grande, también en tiempos de mucha dificultad especialmente políticas, en mi país” dijo.
“Posteriormente con el papa Benedicto –prosiguió el cardenal– tuve una relación muy bella. Apenas, elegido nos recibió en la sala clementina y allí fue un momento de gran confianza. Él recibía a cada uno de nosotros a medida que íbamos llegando y nosotros estábamos delante de él los minutos que podíamos. Él me dijo: ¿Qué puedo hacer por tí? Y le dije: santidad no necesito nada más que mis auxiliares, porque hace cinco años que los he pedido y aún nada. Y me dijo, ‘en menos de un mes tendrás el primero’” y el purpurado hondureño añadió “Y así fue”.
Indicó que posteriormente Benedicto XVI lo recibió: “El Papa quería conocer la situación del país, le hablé, tuvimos una audiencia de 45 minutos inolvidables y me dio mucha fuerza para los problemas difíciles”. Recordó que algún tiempo después “llegó otra situación política muy difícil en mi país y encontré en él un apoyo”.
“Lógicamente él cuando renunció, yo sentí por tercera vez mi orfandad, tengo que decirlo” confió el cardenal. Y precisó: “La primera vez fue cuando murió mi padre, yo tenía 19 años y era seminarista; la segunda, cuando murió Juan Pablo II a quien consideré mi padre espiritual; y ahora, cuando en febrero del año pasado Benedicto presentó la dimisión sentí mucha tristeza”.
El purpurado Hondureño recordó entretanto que “la esperanza que no defrauda, como dice San Pablo y llegó la elección del papa Francisco, con quien somos muy amigos desde hace mucho tiempo”. Reconoció que el Papa “me ha confiado una responsabilidad no tan fácil pero da gusto, porque él nos acompaña en todo momento, y nos acompaña como hermano, no para decir esto está bueno o esto está malo, sino al contrario para animarnos a continuar en nuestro trabajo”.
Y concluyó la pequeña entrevista indicando que “para el aniversario de la elección del papa Francisco hemos organizadoen toda Honduras una adoración perpetua al Santísimo y un día de oración, y el domingo anterior (porque la fecha cae durante la semana) haremos eucaristías en todo el país para darle gracias a Dios por nuestro papa Francisco”.