Padre Lombardi cuenta el primer año de papa Francisco (Segunda parte)

Los acontecimientos que han marcado la historia contados por el director de la Sala de Prensa Vaticana: de la renuncia de Benedicto XVI a la elección de Bergoglio y sus entusiasmantes 12 meses de pontificado

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¿Cómo valora el trabajo de los medios que antes del cónclave han puesto en el ojo de mira a varios cardenales que sostenían como papables?
–Padre Lombardi: En la Sala de Prensa vaticana me sucede que me encuentro con muchos periodistas con actitudes diferentes. Hay personas extremadamente serias, objetivas que buscan la verdad. Después hay personas así así, llenas de prejuicios y quizá con una actitud crítica y negativa en lo relacionado con la Iglesia: algunos de estos usan las informaciones para desacreditar a la Iglesia. No me asusto delante de esas actitudes, voy por mi camino y busco ser objetivo. Doy a todos mi contribución para entender y ayudar a hacer bien el trabajo. Después de eso cada uno tiene la responsabilidad de lo que escribe.

¿Qué efecto le hizo saber que había sido elegido Papa el único jesuita en el Cónclave? ¿Lo conocía? 
–Padre Lombardi: No lo conocía. La única vez en la que he tenido la ocasión de encontrarlo era la congregación general de los jesuitas que eligió general a Hans-Peter Kolvenbach, en la que él era representante de Argentina y yo era representante de Italia. Pero no hablamos ni siquiera en aquella ocasión. Después el padre Bergoglio se convirtió en obispo y no ha participado activamente en la vida de la Compañía de Jesús.

¿Qué hay en el modo de comportarse de papa Francisco que sea característico de la formación y tradición de la Compañía de Jesús?
–Padre Lombardi: De jesuita encuentro en el papa Francisco toda la dimensión de carácter espiritual y un modo de afrontar las cosas, de la Compañía. Por ejemplo en las homilías de Santa Marta donde hace referencia al Evangelio, está unido a la aplicación directa en la vida. Encuentro esta actitud muy similar a los ejercicios espirituales de San Ignacio. Así como la espiritualidad que contempla al Señor y buscar traducir en la vida lo que el Evangelio te dice. El discernimiento característico de los jesuitas quiere decir que cada uno está continuamente en camino para intentar encontrar la voluntad de Dios y de ponerla en práctica. Otro aspecto característico es la sencillez de vida. El Papa conduce una vida austera, lejos de exterioridades y de triunfalismos: yo, como jesuita, encuentro esto muy familiar.

La elección de Francisco ha cambiado radicalmente la actitud de los medios hacia el papado. ¿Cuál es el secreto de su eficacia y capacidad de comunicar con la gente que conquista también a los medios? 
–Padre Lombardi: Ha habido un cambio de lenguaje que no afecta solo a las palabras sino también a los gestos y los comportamientos. El papa Francisco consigue tocar el corazón de las personas y, de alguna manera, supera las distancias y las barreras. El corazón de este nuevo lenguaje es el anuncio del amor de Dios para todos, el tema de la misericordia y del perdón para todos. Mientras antes en los medios estaba difundido el prejuicio según el cual la Iglesia decía siempre «no», y no era cercana a la gente. El papa Francisco ha conseguido hacer entender esta lectura diversa del mensaje de Dios y de la relación de la Iglesia con la gente. 

¿Qué tipo de “problema” LE crea al director de la Sala de Prensa un Papa que habla mucho improvisadamente, que concede entrevistas a quien quiere, que se comunica por teléfono con tantas personas de forma privada?
–Padre Lombardi: Crea problemas análogos a los de la gendarmería cuando el Papa quiere estar en contacto con la gente y rechaza un coche blindado. Nosotros estamos al servicio del Papa, aprendemos su estilo, su modo de ser y de comunicar. Yo debo entender de qué forma puedo colaborar a su comunicación. Cuando el Papa habla, concede entrevistas, comunica directamente, yo no tengo nada que decir o añadir; intervengo cuando nace algún problema que tiene que ser aclarado.

Estamos a un año de pontificado y Francisco es ya el Hombre del Año por la revista «Time». ¿Cómo se puede comentar esta elección?
–Padre Lombardi: El Papa no es alguien que busca el éxito o la popularidad. Una vez a la gente que lo aclamaba les dijo: «No ‘¡Viva el Papa!’, sino ‘¡Viva Jesús’!» Al mismo tiempo el Papa puede aceptar ser Hombre del Año de «Time». Si la elección de la revista quiere decir dar a conocer el objetivo de la misión de la Iglesia y su mensaje que Francisco transmite, bienvenido sea; de lo contrario, al Papa seguramente estas cosas no le importan nada.

¿Hay consejos que le gustaría dar a los periodistas para mejorar el trabajo de comunicación, sobre todo en lo relacionado con el Papa, la Curia y la Iglesia en general?
–Padre Lombardi: Lo que a menudo le falta a los periodistas es entender la intención de la misión de la Iglesia y del Papa. Muchas veces la lectura de los acontecimientos es hecha con claves de interpretaciones extrañas a la realidad de la Iglesia, por ejemplo en clave política o económica. Por lo tanto, ven en la Iglesia una lucha por el poder o los intereses económicos de las partes. Esta era la situación dramática en los tiempos de Vatileaks. Para tener una lectura justa, también para los no creyentes, es necesario intentar comprender los motivos y las intenciones que hay detrás de las acciones y de las medidas de la Iglesia. Por ejemplo, en la lucha que la Iglesia conduce contra los abusos sexuales, muchos ven solo una forma de defenderse de los ataques. Sin embargo, se trata de un proceso de búsqueda de coherencia evangélica, de renovación interior, de purificación.

En este contexto, muchos periodistas miran a la reforma de la Curia sólo como a una renovación de tipo político. ¿Qué se puede decir a propósito?
–Padre Lombardi: El Papa ha conseguido hacer entender que la Iglesia existe para decirle a la gente que es amada. Por eso la reforma de la Curia es secundaria: sirve a la Iglesia para anunciar mejor el mensaje evangélico, no solamente en el Vaticano, sino en las diócesis y en las periferias. Las estructuras centrales no existen para dominar, sino para servir y ayudar: la reforma tiene en vista esto.

 (La primera parte fue publicada ayer, lunes 3 de marzo)

Traducido del italiano por Rocío Lancho García 

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Włodzimierz  Rędzioch

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