Con la oración de las Vísperas, el viernes 29 de marzo concluyó el capítulo general de los salesianos que se celebra cada seis años, con la elección del rector mayor, Ángel Fernández Artime y todo el consejo general.
El nuevo rector mayor en una entrevista que concedió a ZENIT, cuya primera parte fue publicada el jueves 28, contó diversos particulares sobre: el ambiente del capítulo general; el cardenal Bergoglio en Buenos Aires; Benedicto XVI; las noticias sobre escándalos, y de cómo las congregaciones, órdenes o entes religiosos que fueron soñadas por el Espíritu, a esas el Espíritu de Dios las va a sostener. A continuación la segunda parte de la entrevista.
¿Sobre el capítulo ¿qué nos puede contar?
-- Don Ángel. Nos hemos reunidos desde el 22 de febrero, hemos tenido tres días de peregrinación a las fuentes de nuestra salesianidad, a Baldocco y a Becchi. Allí hemos rezado, celebrado la fe, nos hemos confesado y puesto espiritualmente a tono. Al regresar hemos tenido en Roma en la casa generalicia una semana de ejercicios espirituales, dirigidos por un salesiano biblista. O sea una semana para prepararnos desde la fe en el Espíritu al capítulo. Después fueron las dos semanas de trabajos capitulares entorno a la caridad evangélica, como místicos en el Espíritu, profetas para los tiempos de hoy y servidores, especialmente para los jóvenes.
Han participado también a un concierto, ¿verdad?
-- Don Ángel. El concierto en la capilla sixtina fue bellísimo, un regalo de esos que nos hace la vida, y el concierto fue sublime. Estuvimos 230 salesianos de todo el mundo.
¿Y después?
-- Don Ángel. Después de un mes estando junto hemos hecho esta pausa para lo que ha sido la elección del rector mayor y su consejo, hasta este viernes. Ahora mismo está nombrado el rector, el vicario en la persona del padre Francisco Cereda, también el consejero para formación de la congregación, el padre Ivo Coelho desde la India. Porque es interesante la universalidad de nuestra congregación. También los consejeros de la pastoral juvenil, para la 'missio ad gentes' y para la administración de bienes y este viernes a todos los consejeros regionales que se pasan casi todo el año en los diversos continentes.
¿Cómo fue el clima durante estas semanas de capítulo general?
-- Don Ángel. Primero la acogida, en absoluta en sintonía con el Santo Padre. Además de la fuerza con la que mi predecesor presentó la necesidad de pensarnos desde nuestro ser místicos, comunidades proféticas y servidores. Y resaltaría: un maravilloso clima de fraternidad, de armonía, de buscar las cosas desde la fe. No sabemos lo que sean grupos de presión o lobby. Hay una actitud y búsqueda de plegaria. ¿Y en qué se nota?, incluso los sondeos para los diversos servicios tienen una confluencia increíble.
Se dio esa confluencia también en su elección, pues fue en la primera votación ¿verdad?
-- Don Ángel. Para mi fue totalmente inesperada la elección, pues venía como españolito pobrecito que estuvo en Argentina cinco años y que venía ahora a realizar la animación de una gran provincia mediterránea en España. No me destaqué de ninguna manera, no tuve ninguna intervención especial. El Espíritu nos sorprende en toda la Iglesia cuando intentamos hacer la cosas desde Dios.
Usted vivió en Buenos Aires y conoció allá al papa Francisco...
-- Don Ángel. Al entonces cardenal Jorge Marío Bergoglio lo he conocido bien, lo he encontrado varias veces en la casa episcopal varias veces por temas de relación con los salesianos, y en la fiesta de María Auxiliadora, en la basílica de Santa Rosa y María Auxiliadora en dónde él fue bautizado y algún mes suelto cuando iba a hacer su oración. Y creo que es un regalo del Espíritu en esta primavera.
¿En Buenos Aires era tal cual como indican?
-- Don Ángel. Subrayo que todo lo que se ha dicho es absolutamente cierto. ¿Quién es el Papa, el servidor de todos, el obispo de Roma, como le gusta llamarse? Es el hombre servicial, sencillo, muy humilde, muy accesible, que tiene muy clara la opción preferencial por los pobres. Es el que iba en el metro, en el subte a una villa, ese es el cardenal Bergoglio que he conocido. Por lo tanto es el mismo. Es el que he visto con una gran devoción por la Virgen y con un gran cariño por María Auxiliadora. Y puedo decir algo que es muy hermoso: tiene una sonrisa maravillosa que yo creo que se le ha destapado mucho más en Roma desde que es Papa.
¿Y de Benedicto XVI?
-- Don Ángel. No habría sido posible el papa Francisco si no fuera por esa gran libertad y mirada de fe de Benedicto XVI. Y lo digo con convicción porque he conocido al papa Benedicto XVI. Hay que ser muy libre y muy hombre de fe para hacer lo que él ha hecho. El que no vea esto es muy estrecho de mente.
¿Qué nos puede contar como anécdota de Francisco en Buenos Aires?
-- Don Ángel. Como anécdota puedo decirte que conmigo era siempre muy simpático y cuando le llamaba por alguna cosa ordinaria la respuesta era siempre: '¡Gallego! ¿cómo están mis salesianos?' Porque como bien sabes cualquier españolito en Argentina es llamado 'gallego'. Y puedo decir que él siempre ha sido así de acogedor. Por ejemplo, llamaba por teléfono y me presentaba: 'Soy el provincial de los salesianos' y su secretaria o secretario me indicaba: 'Mire padre que él está en reunión pero déjeme su teléfono que él le llama en cuanto termine'. En media hora, o en una hora, la llamada: '¡Gallego, cómo van las cosas!' Admirable en un hombre con tantísima responsabilidad.
Para concluir, ¿qué nos puede decir sobre la Iglesia hoy tan maltratada en tantas ocasiones?
-- Don Ángel. Yo creo que debemos decir también que hay una Iglesia de la que formamos parte las comunidades cristianas, las parroquias, las congregaciones, las diócesis. Una Iglesia que no hace ruido, que como la hierba crece sin hacer ruido y que justamente es la que va construyendo el Reino. No es la que aparece en los medios, no es la que aparece en un caso de escándalo o cuando otros tienen interés en decir cosas.
Digamos, la que no hace noticia...
-- Don Ángel. Hoy salía en un periódico creo que de Génova: 'Un salesiano del grupo del papa Francisco para salvar a la congregación'. Eso es absolutamente falso, yo soy simplemente un pobre salesiano, no hay que salvar una congregación en óptimo estado de salud. Es una congregación que en Europa disminuye como todo disminuye en Europa, pero que crece de una manera prodigiosa en África y en Ásia; que se mantiene muy viva en América Latina. Esa es la realidad de la congregación, con mucho entusiasmo.
Y para aquellos que no nos quieren bien, ni a la compañía de Jesús ni a otras congregaciones, yo digo que se olvidan de algo: mientras las congregaciones y las comunidades eclesiales vivan haciendo aquello por lo que fueron soñadas por el Espíritu, el Espíritu de Dios las va a sostener. El día que traicionemos aquello para lo que fuimos pensados, no se preocupen, que el final de una congregación llegará por si mismo, porque el Espíritu suscitará otra cosa, pero no va a ocurrir porque alguien vaya a hablar mal o de uno o de otro.