El papa Francisco ha recibido esta mañana a los 83 obispos españoles que durante estos días están realizando la Visita Ad Limina en el Vaticano. Durante esta semana, del 3 al 8 de marzo, realizará la visita un segundo grupo de obispos. En total serán 39, pertenecientes a las provincias eclesiásticas de Barcelona, Tarragona, Granada, Santiago de Compostela, Oviedo y Sevilla. El 4 de marzo celebrarán la Eucaristía en la Basílica de San Pedro y el 7 de marzo en la de San Pablo Extramuros. Desde el día 28 de febrero hasta hoy, ya han realizado la visita otros 44 obispos.
Con la Visita Ad Limina, se visibiliza la unidad y la comunión de los sucesores de los Apóstoles con el Sucesor de San Pedro y de las Iglesias locales con la Iglesia primada de Roma. Es una ocasión para la comunión eclesial, la colegialidad episcopal y la caridad fraterna entre los Pastores y el Papa.
Y por ello, el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal ha agradecido al Santo Padre, en nombre de todos los obispos españoles la "paternal acogida" así como le ha felicitado por su primer año de pontificado.
Unas palabras de recuerdo al beato Juan Pablo II, que en sus últimos días "a pesar de sus enormes dificultades de salud, quiso acogernos con su generosa disponibilidad". El purpurado ha recordado las palabras de despedida en España en mayo del año 2003 "España evangelizada y España evangelizadora". El cardenal también le ha afirmado al Santo Padre que no olvidan "los Ejercicios que nos predicó a los obispos españoles en 2006, año en que participó también en el Encuentro Mundial de las Familias en Valencia".
Hablando de los últimos años transcurridos en España, desde la última visita ad limina, el arzobispo de Madrid ha indicado que "evangelizar en la hora presente de España ha sido el gran leitmotiv de nuestros afanes apostólicos".
La predicación, la catequesis y la educación en la fe han sido una preocupación constante, junto con la necesidad, sentida con mucha urgencia, de ayudar a nuestros cristianos a hacerse presentes en los ambientes de la cultura, la universidad y la escuela, y, de un modo más acuciante, en el campo del matrimonio, de la familia y de la vida y de las antiguas y nuevas pobrezas que emergieron con fuerza en los años de crisis que estamos atravesando y que constituyen un gran reto a la caridad de la que nuestras iglesias quieren ser -¡y lo son!- testimonio viviente, ha afirmado el cardenal.
Debido a la emigración la sociedad española ha cambiado, y el presidente de la CEE reconoce que "somos muy conscientes de que esta nueva situación española, con retos semejantes a otros países de Europa, nos exigen como pastores promover y suscitar una nueva cosecha de evangelizadores". Y de ahí, explica "nuestra preocupación por las vocaciones al ministerio sacerdotal, a la vida consagrada y al laicado apostólicamente comprometido".
Asimismo, ha indicado que "nuestra preocupación por las iglesias que el Señor nos ha confiado es vivida en el horizonte de la misión ad gentes".
Por otro lado el cardenal Rouco ha explicado que los jóvenes han constituido una preocupación constante y acuciante en la acción pastoral de estas últimas décadas, recordando la JMJ 2011 y sus frutos.