Tradicionalmente dedicamos el mes de Mayo a la Virgen María. Mes de las flores, mes de las primeras comuniones, romerías… Corremos el peligro de que la tradición se quede en lo puramente externo o a las puertas de nuestra casa.
Pensando en cómo lo vamos a vivir en mi familia me he dado cuenta de que no se trata de hacer muchas cosas complicadas y que es bueno que seamos muy realistas con nuestras circunstancias. Si uno tiene los hijos muy pequeños no le va a ser posible rezar un rosario todos los días, quizás sea mejor rezar una pequeña oración y cantarle una canción.
Quizá los sábados del mes de mayo se puede rezar el Santo Rosario en familia, de manera que el más pequeño dirige el primer misterio y se va a jugar, si lo desea; el siguiente en edad reza el segundo y también se puede ir a jugar. De esta manera cada uno reza según sus posibilidades
Este año les he pedido a mis hijos qué me dieran ideas para querer más a la Virgen y me ha gustado la experiencia. Entre todos hemos decidido: lo que rezaremos por las noches, ir a un “garden” donde ellos escogerán las plantas con flor que pondremos junto a su imagen en el salón (este año no tenemos rosales cerca y nos ha parecido una buena solución) y por último Rafa quiere poner una vela porque después de rezar le encanta apagarla.
Vamos a preparar una romería en familia para este mismo domingo porque después nos será muy difícil. Debemos ser previsores y realistas y prepararnos con antelación para que no se nos pase el mes y todo se quede en buenas intenciones.
Es un mes lleno de alegría, abramos nuestras puertas y contagiemos con ella a amigos y vecinos.