El santo padre Francisco ha recibido hoy en audiencia en el Vaticano, en la sala clementina, a los participantes del encuentro internacional promovido por la Fundación Centesimus Annus – Pro Pontífice.
El tema del congreso ha sido: The good society and the future of jobs: can solidarity and fraternity be part of business decisions? (Una sociedad buena y el futuro del trabajo: ¿pueden la solidaridad y la fraternidad ser parte de las decisiones empresariales?) y se se ha realizado en el Aula Nuova del Sinodo.
El Santo Padre les agradeció porque “han recogido las sugerencia de trabajar sobre el valor de la solidaridad” para así reflexionar sobre un “empeño intrínseco de la doctrina social, que lo armoniza siempre con la subsidariedad”. Solidaridad, subsidariedad, un tema que “emergió con gran destaque en el magisterio de Juan Pablo II” y después “actualizado por el papa Benedicto XVI en la Caritas in Veritate”.
El Santo Padre ha recordado que el actual sistema económico y la mentalidad que genera hace que “la palabra solidaridad se ha vuelto incómoda, incluso fastidiosa”. Y la crisis de estos años “que tiene causas profundas de orden ético, ha aumentado esta ‘alergia’ a palabras como solidaridad, distribución equitativa de los bienes, prioridad del trabajo… Y la razón es que no se logra –o no se quiere– estudiar realmente de qué manera estos valore éticos puedan volverse concretamente valores económicos”. O sea que el Papa invitó a “provocar dinámicas virtuosas en la producción, en el trabajo, en el comercio, y en la misma finanza”.
Y precisó que es en la conciencia del empresario en donde se realiza tal investigación, porque “el empresario cristiano debe siempre confrontar el evangelio con la realidad en la que trabaja” y el evangelio solicita “poner en primer lugar a la persona humana y el bien común”. Y hacer su parte para crear oportunidades de trabajo, digno. Y para ello es necesario “colaborar con otros que comparten la base ética y ampliar la red lo más posible”.
“La comunidad cristiana, las parroquias, diócesis y asociaciones -recordó el Papa- son el lugar en el cual en empresario, pero también el político, el profesional y el sindicalista encuentran la linfa para alimentar su empeño”. E invitó también a no dejar solos a los empresarios que se encuentran en dificultad.