La diferencia es sutil: los actos homosexuales son un pecado pero la inclinación sexual es un hecho del que las personas que lo tienen no deben sentir vergüenza. Por el contrario: si es vivida en la castidad y si el sufrimiento que deriva se ofrece a Dios, la inclinación homosexual puede convertirse hasta en un instrumento de santificación. Está convencido Philippe Ariño, joven escritor y blogger francés, cuya historia ha suscitado sensación a nivel internacional. Presentamos un resumen de la entrevista realizada por la edición italiana de ZENIT.
Durante la entrevista, Philippe responde a porqué cree que se habla tanto de su blog (L’Araignée du Désert – www.araigneedudesert.fr), y de su diccionario de símbolos homosexuales (Dictionnaire des Codes homosexuels). El blogger explica que «la homosexualidad es una palabra que fascina y, al mismo tiempo, asusta, ya que está rodeada de misterio, de sufrimiento, de ignorancia, de silencio, de buenas intenciones y de una gran violencia simbólica». Él explica queantes de ser una persona con tendencia homosexual, «soy un hombre y un hijo de Dios. No me reduzco a mis pulsiones. ¡No soy un animal ni un obsesionado del sexo! Soy un ser humano… habitado por un deseo homosexual más o menos duradero. Eso es todo».
Asimismo explica que «actualmente la bipolaridad homosexualidad/heterosexualidad, es decir una humanidad definida por sus fantasmas eróticos, es la piedra en el zapato de nuestros planeta». Philippe indica que «nuestros contemporáneos se sienten perdidos identitariamente en la sexualidad y en el amor, desde el momento que éstos se alejan de las dos rocas que nos funda y que nos ayudan a amar verdaderamente: la diferencia de sexos entre los amantes y la diferencia entre Creador y criatura».
A propósito, observa que hay una paradoja a la que muchos hombres modernos no quieren responder: ¿Cómo se puede sostener, en la misma frase, que ‘es necesario aceptar todas las diferencias’ y también que ‘las diferencias no existen porque todos somos iguales y tenemos los mismos derechos’?
El blogger responde a cómo poder decirse al mismo tiempo católico practicante y con tendecia homosexual: «Es posible, no practicando la propia homosexualidad sino considerándolo como un deseo realmente existente que pude ser transformado y donado a los otros». Por tanto, «es posible re-descubrir la propia homosexualidad como un poderosos motor de santidad, cuando al principio representaba una vergüenza, una pulsión de la cual era necesario deshacerse».
De este modo, indica Philippe que «desde que he elegido vivir en la continencia (desde enero del 2011 he puesto fin a la seducción, a la pornografía y a la masturbación), la vergüenza me ha dejado, mi alegría es más grande, mis amistades son más numerosas y más sólidas». Pero, añade, «la continencia en sí no me basta. No me detengo en esto. Pero es ya una liberación. Con la continencia se ha creado una unidad entre mi condición homosexual y mi amor a la Iglesia».
«Dios puede curar todas nuestras heridas, incluidas las psico-sexuales». Y señala que «yo no me focalizo sobre una sola forma de sanación de la homosexualidad. ¡No olvidemos que es Dios quien elige los modos, no nosotros!», dijo.
Al respecto observa que algunas personas «son fanáticos de los ‘ex-gay’ y de las ‘terapias reparadoras’ en lo que se refiere a la homosexualidad. «Estos están en la negación total de las personas homosexuales, de su libertad, de su recorrido y de la realidad del deseo homosexual», indica Philippe. Y matiza que «un cierto número de católicos tiene la tendencia de focalizarse sobre la curación antes incluso de mirar qué hay que curar, antes de considerar la persona homosexual y ver que algunos de nosotros permanecen con tendencias homosexuales todas la vida».
El blogger francés, reconoce que lo que desea es «la dulzura y el respeto de las personas, en la exigencia de la Verdad propuesta por Jesús.