La comunidad de San Egidio dio a conocer que parte de la sede del arzobispado armeno de Alepo, ha sido hoy destruida. La información llegó a través de una comunicación telefónica tenida con el arzobiso armeno católico de Alepo, Mons. Buotros Marayati, quien ha precisado que no hubo víctimas.
«Es el último atentado grave cometido en una ciudad bajo asedio desde hace demasiado tiempo», indica la comunidad de San Egidio en su página web. «Además, este hecho en los días de las eleccionies -indica el comunicado- es un nuevo síntoma del agravarse bárbaro de una situación demasiado olvidada».
La comunidad de San Egidio, comprometida desde hace años en la búsqueda de soluciones a la crisis y a la guerra, hace un llamado a la comunidad internacional: «No se puede olvidar a Alepo asediada». Y pide que se evalúen las vías oportunas «para suavizar el asedio de Alepo, ciudad histórica de paz, ejemplo de convivencia entre musulmanes y cristianos». «Es necesario -concluye- una rápida intervención humanitaria debido a la grave situación de la ciudad».
La ciudad de Alepo es la más grande de Siria, capital de la provincia homónima. Antes del conflicto era la capital económica de siria y contaba con una población de casi 4,5 millones de habitantes, lo que la convertía en la ciudad más poblada del país, dejando en segundo lugar a Damasco, su capital.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, «desde principios de enero y hasta el 29 de mayo, 1.963 personas han muerto por los barriles de explosivos y las bombas lanzadas por el ejército del aire […] entre ellas 567 niños y 283 mujeres». En la ciudad de Alepo, el centro constituido por la ciudad vieja de Horms, se la contienden el gobierno de Asad, rebeldes y yihadistas, después de un asedio de dos años.