El presidente de la Comunidad Autónoma del País Vasco, Iñigo Urkullu, ha escrito una carta al papa Francisco invitándole a visitar el Santuario de Loyola (en el norte de España) con motivo del primer año jubilar del Camino Ignaciano, que recrea la ruta que el fundador de la Compañía de Jesús, siendo caballero, recorrió en 1522 desde la casa donde nació en Azpeitia hasta Manresa.
El mandatario ha cursado la invitación al Santo Padre a través del presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y arzobispo de Valladolid, Mons. Ricardo Blázquez, que fue obispo de Bilbao de 1995 a 2010, según ha adelantado la radio pública vasca.
En su carta, remitida hace 15 días, Urkullu invita al Pontífice argentino a que visite a lo largo de este año el Santuario de Loyola, en Azpeitia, coincidiendo con el primer año jubilar del Camino Ignaciano, que arranca el próximo 31 de julio.
El presidente del Gobierno vasco y el presidente de la CEE hablaron sobre la conveniencia de invitar al papa Francisco durante el acto de proclamación del rey Felipe VI, después de que Urkullu hubiera tratado previamente esta cuestión con los jesuitas de Loyola.
La invitación formal al Santo Padre tiene como base la pertenencia de Jorge Mario Bergoglio a la Compañía de Jesús desde que era novicio, a finales de los años 50. No existe "constancia documental" sobre alguna visita del actual Pontífice al lugar donde está "la raíz" de los jesuitas, donde se produjo la conversión de san Ignacio de Loyola en su casa-torre natal.
El papa Francisco nació el 17 de diciembre de 1936 en la capital argentina. Hijo de emigrantes piamonteses, su padre era contable y su madre se ocupaba de la casa y de la educación de sus cinco hijos. El joven Jorge Mario se diplomó como técnico químico, y eligió luego el camino del sacerdocio entrando en el seminario diocesano de Villa Devoto.
El 11 de marzo de 1958 pasó al noviciado de la Compañía de Jesús. Completó los estudios de humanidades en Chile y en 1963, al regresar a Argentina, se licenció en filosofía en el Colegio San José, de San Miguel. Entre 1964 y 1965 fue profesor de literatura y psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe y en 1966 enseñó las mismas materias en el Colegio del Salvador en Buenos Aires. De 1967 a 1970 estudió teología en el Colegio San José, y obtuvo la licenciatura.
El 13 de diciembre de 1969 recibió la ordenación sacerdotal de manos del arzobispo Ramón José Castellano. Prosiguió la preparación en la Compañía de 1970 a 1971 en Alcalá de Henares (España), y el 22 de abril de 1973 emitió la profesión perpetua. De nuevo en Argentina, fue maestro de novicios en Villa Barilari en San Miguel, profesor en la facultad de teología, consultor de la provincia de la Compañía de Jesús y también rector del Colegio.
El 31 de julio de 1973 fue elegido provincial de los jesuitas de Argentina, tarea que desempeñó durante seis años. Después reanudó el trabajo en el campo universitario y entre 1980 y 1986 es de nuevo rector del colegio de San José, además de párroco en San Miguel. En marzo de 1986 se traslada a Alemania para ultimar la tesis doctoral; posteriormente los superiores le envían al colegio del Salvador en Buenos Aires y después a la iglesia de la Compañía de la ciudad de Córdoba, como director espiritual y confesor.
Es el cardenal Antonio Quarracino quien le llama como su estrecho colaborador en Buenos Aires. Así, el 20 de mayo de 1992 Juan Pablo II le nombra obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio recibe en la catedral la ordenación episcopal de manos del purpurado. Como lema elige Miserando atque eligendo y en el escudo incluye el cristograma IHS, símbolo de la Compañía de Jesús.
Es nombrado enseguida vicario episcopal de la zona de Flores y el 21 de diciembre de 1993 se le encomienda también la tarea de vicario general de la arquidiócesis. Por lo tanto no sorprendió que el 3 de junio de 1997 fuera promovido como arzobispo coadjutor de Buenos Aires. Antes de nueve meses, a la muerte del cardenal Quarracino, le sucede, el 28 de febrero de 1998, como arzobispo, primado de Argentina. El 6 de noviembre sucesivo fue nombrado Ordinario para los fieles de rito oriental residentes en el país y desprovistos de Ordinario del propio rito.
Tres años después, en el Consistorio del 21 de febrero de 2001, Juan Pablo II le crea cardenal, asignándole el título de san Roberto Bellarmino. En esa ocasión, invita a los fieles a no acudir a Roma para celebrar la púrpura y a destinar a los pobres el importe del viaje.
Tras la renuncia al cargo de Benedicto XVI, fue elegido sucesor de Pedro el 13 de marzo de 2013.