La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha presentado este jueves la Campaña «Una Iglesia sin fronteras, madre de todos» con motivo de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado 2015, que se celebrará el próximo 18 de enero. Gracias a esta iniciativa, se multiplicarán los actos en todas las diócesis del país tendentes a llamar a los ciudadanos a pasar de la perspectiva de la «acogida» a una «auténtica comunión» con quienes llegan de otros países, según han explicado los obispos en un desayuno informativo.
En el acto de presentación han participado el secretario general de la CEE, el sacerdote y periodista José María Gil Tamayo; el obispo de Albacete y presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones, Mons. Ciriaco Benavente; el director de la Comisión Episcopal de Migraciones, el padre José Luis Pinilla, SJ; y el delegado de migraciones de la diócesis Cádiz-Ceuta, Gabriel Delgado, que durante su intervención ha incidido en su experiencia personal.
En palabras de Gil Tamayo, con esta campaña se quiere presentar a «una Iglesia sin fronteras, madre de todos». «La Iglesia quiere contribuir a esta integración y pasar de la acogida a la comunión y ver en los inmigrantes algo que suma a la realidad, a la consrtucción y a la cohesión de la sociedad», ha señalado.
El portavoz de la CEE ha destacado también «el derecho fundamental inalienable a las personas que es a la movilidad y a un trabajo digno» y el hecho de que cada vez son más quienes se desplazan no sólo en virtud de estos derechos, sino por razones de persecución, un cambio de perfil que ha constatado la Iglesia española en su trabajo en el ámbito de las migraciones.
«Cada vez más y desgraciadamente, el rostro de los migrantes es el rostro que huye de escenarios en nuestro mundo que son auténticos infiernos y que no sólo buscan unos medios de vida mejores sino sobre todo, sobrevivir y poder afrontar un futuro libre de toda violencia», ha asegurado el secretario de los obispos.
Por su parte, la Comisión Episcopal de Migraciones ha elaborado un mensaje de cara a la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado 2015 en el que insta a responder a este y otros retos «con la globalización de la caridad y de la cooperación». «Ello implica intensificar los esfuerzos para crear condiciones de vida más humana en los países de origen y una progresiva disminución de las causas que originan las migraciones», explican los prelados firmantes.
Entre otras reivindicaciones, los obispos llaman la atención sobre «los numerosos emigrantes que se ven obligados a vivir en asentamientos inhumanos o hacinados en viviendas indignas», insisten en la búsqueda de «alternativas más dignas» que los Centros de Internamiento de Extrenjeros (CIE) y piden «que no se olvide la dimensión ética en la política y en la vida social, también respecto a las medidas que afectan a los emigrantes».
Además, reclaman «que se cumplan siempre los Derechos Humanos así como los tratados internacionales», una petición que la Iglesia viene reivindicando en relación a la práctica de las ‘devoluciones en caliente’ en las vallas de Ceuta y Melilla, una medida que se pretende legalizar mediante el proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana.
«No es excesivo lo que pedimos. Que en vez de una devolución sumaria se les escuche y se tenga en cuenta que pueda necesitar asilo o artención sanitaria o si son víctimas de trata. Que se cumplan, en definitiva, los derechos internacionales reconocidos y las leyes internacionales», ha señalado Mons. Benavente.
El padre Pinilla ha recordado también que «hay un trabajo de base, callado, para intentar que estas situaciones no se produzcan», que la Iglesia española ha llevado su queja a Roma ante un centenar de países que han sido informados de las intenciones del Gobierno y que expresará su posición en contra «en todos los organismos» en los que tenga voz, para que se escuche la posición de la Doctrina Social de la Iglesia en este y en todos los asuntos.
Para la Comisión de Migraciones, es hora de «salir al encuentro de los hermanos emigrantes, haciendo visible la maternidad de la Iglesia que, superando razas y fronteras, a todos acoge y abraza con amor y solicitud como suyos», y «ponerse en la piel del otro para entender qué esperanzas y deseos le mueven a dejar su tierra, su familia, los lugares conocidos, de qué situaciones busca escapar».
Esta empatía es el eje central del vídeo de la campaña, un spot de la productora 2:59 que pone al espectador en la piel del otro. «A todos nos gusta que cuenten con nosotros, que nos hagan sentir necesarios, que valoren lo que hacemos. A todos nos gusta divertirnos, que nos ayuden, que nos cuiden, que nos quieran. A todos nos gusta sentirnos integrados. A ellos también», dice el texto de la producción audiovisual.
En la web de la CEE se pueden encontrar el Mensaje del papa Francisco, el Mensaje de los obispos españoles, el cartel, el subsidio litúrgico, y los materiales. Además, siguiendo el formato utilizado en años anteriores para otras campañas de la CEE, se ha lanzado el citado vídeo –titulado «Todos sin fronteras»– para su difusión viral en redes sociales.