La Santa Sede ha informado este miércoles que destinará 3 millones de euros para combatir el virus del ébola en África occidental y ha instado a los agentes privados y públicos a incrementar también los fondos dirigidos a luchar contra esta enfermedad.
El Vaticano ha señalado que «los fondos estarán a disposición de los organismos sostenidos por la Iglesia católica para mejorar la asistencia que ofrecen a través de instituciones sanitarias, iniciativas comunitarias y la atención pastoral de enfermos y del personal sanitario» en Guinea, Liberia y Sierra Leona.
Asimismo, la Santa Sede ha alentado a otros «benefactores, públicos o privados, para que ayuden a incrementar los fondos» destinados a socorrer a aquellas personas «que sufren tanto en estas regiones afectadas por la enfermedad».
El dinero que enviará el Vaticano será utilizado, entre otras cosas, para «la adquisición de suministros sanitarios de primera necesidad, el transporte de enfermos y la renovación de las estructuras».
Además, parte del dinero se distribuirá a áreas determinadas para «desarrollar y potenciar estrategias dirigidas a frenar la expansión del ébola», y habrá otra cantidad que servirá para «ayudar a las familias afectadas por el virus y a los niños huérfanos».
La Iglesia contribuirá a «la asistencia de las personas en zonas afectadas por el virus a través de la formación y la asistencia de sus sacerdotes, religiosos y laicos que participan en actividades pastorales».
Se trata de una iniciativa que busca que estas personas «estén mejor preparadas para hacer frente a las necesidades de orden físico, psicológico y espiritual de los enfermos y de todos los que sufren».
En un documento titulado «Potenciar el empeño de la Iglesia Católica en la respuesta a la emergencia del ébola«, el Pontificio Consejo Justicia y Paz «describe, por primera vez, una respuesta pastoral a una enfermedad relativamente nueva que ha devastado individuos, familias enteras y comunidades» en África occidental.
Desde hace muchas décadas, la Iglesia está involucrada proporciona ayuda humanitaria y al desarrollo en la región. Por tanto, «sabe bien cómo las instituciones sanitarias de todo tipo –que ya se enfrentan a fuertes desafíos causados por la pobreza y las antiguas dificultades sociales y políticas– están involucradas en gran medida en esta crisis».
El brote de ébola que surgió en 2013 sigue extendiéndose por Sierra Leona, Liberia y Guinea. El número de personas infectadas por el virus se sitúa en 20.081, de las cuales 7.842 han muerto, según el último recuento de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Estos datos incluyen los casos confirmados, sospechosos y probables, y recogen cifras contabilizadas hasta el 27 de diciembre en Guinea y Sierra Leona, y hasta el 24 de junio en Liberia. El país con más casos es Sierra Leona, con 9.409 contagios y 2.732 fallecimientos, y le sigue Liberia con 7.977 infecciones y 3.413 muertes, mientras que en Guinea se han registrado 2.695 casos y 1.697 fallecimientos.
El 14 de octubre de 2014, al término de una videoconferencia, Barack Obama, François Hollande, Angela Merkel, Matteo Renzi y David Cameron calificaron el ébola como «la más grave urgencia sanitaria de los últimos años».