El papa Francisco ha enviado una carta a los participantes en la IX Reunión de la Pastoral Juvenil Nacional de Brasil (Enpj), que está teniendo lugar en la ciudad de Manaos hasta el domingo 25.
Dirigiéndose a la secretaria nacional de la Enpj, Aline Ogliari, y al miembro del Comité Nacional de Asesores de la Pastoral Juvenil, Alberto Chamorro, el Santo Padre ha invitado a los jóvenes a «jugarse la vida y apostar por los grandes ideales», porque «hemos sido elegidos por el Señor no para cosas pequeñas, sino para grandes cosas».
«No perdáis la esperanza y los sueños, sois profetas de esperanza, sois el presente de la sociedad y de nuestra amada Iglesia y, sobre todo, sois los que podéis construir una nueva civilización del amor», ha destacado el Pontífice. El tema del encuentro, «Maestro, ¿dónde vives? ¡Venid y lo veréis!»,está tomado del evangelio de san Juan, ha informado este viernes Radio Vaticano.
Partiendo de esta frase del Evangelista,el Papa ha señalado que «esta pregunta reside en el corazón humano en todas las circunstancias», por lo que «aún hoy esta pregunta llama a la puerta de nuestra conciencia: ¿qué es lo que quieres en la vida? ¿Qué sentido le das al tiempo?¿Cómo gestionas los momentos de tu historia personal? ¿Tienes presente tu futuro de manera definitiva y tu contribución al bien de todos?». Todas estas preguntas, ha indicado el Santo Padre, «tienen una respuesta: ‘Venid y lo veréis’, la respuesta de Jesús, que se mantiene como un modelo para todos los peregrinos de la verdad».
De ahí, la petición del Pontífice a «dejarse plasmar» por el Señor, para «vivir junto a Él, para compartir Su vida, para acoger Su mirada penetrante, para dejarse atraer y atrapar por esta experiencia gratificante que responde a las aspiraciones más profundas del corazón humano». En la práctica, ha explicado, se trata de hacer como los discípulos que «del Maestro han aprendido cómo llevar a cabo su misión: curar a los enfermos, alimentar a los hambrientos, vivir con alegría sincera, dejarse guiar por el amor universal y generoso que Dios tiene por nosotros, acoger a los débiles y marginados». Y, sobre todo, «ir a los cuatro rincones de la tierra para proclamar la vocación más alta de todos los seres humanos, para cuidar de la dignidad de la persona, para construir relaciones basadas en la regla de oro ‘Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti’, para reconocer que la civilización del amor manifiesta, de la mejor forma posible, una convivencia sostenible en la sociedad».
Por otra parte, ha recordado el Santo Padre, «¿de qué serviría decir que somos seguidores de Cristo si nos mantenemos indiferentes al dolor de nuestros hermanos?». Como dice el apóstol Santiago: «Muéstrame tu fe sin obras, y yo por mis obras te mostraré mi fe». Por eso, ha instado a los jóvenes a «dar testimonio, con sus vidas, de Cristo liberador». «La Iglesia os ama», ha asegurado el papa Francisco dirigiéndose a los participantes en el encuentro. Y ha concluido su escrito exhortándolosa no escuchar a los que, en este momento histórico, hablan con desprecio de los jóvenes, ya que «son los mismos chicos los que demuestran el compromiso, la lealtad y la alegría».