La reverenda británica Libby Lane, de 48 años, se convirtió este lunes en la primera mujer consagrada como obispo de la Iglesia de Inglaterra de la historia. En una solemne ceremonia en la catedral gótica de York, a la que asistieron unas dos mil personas, el reverendo Paul Williamson, que siempre se ha manifestado en contra de la ordenación de mujeres, alzó su voz para manifestar su rechazo.
El arzobispo anglicano de York, John Sentamu, siguiendo el protocolo preguntó: «Hermanos y hermanas, habéis escuchado lo grande que es la carga que Libby asumirá y habéis escuchado sus declaraciones. ¿Es vuestra voluntad que sea ordenada?». Mientras que los reunidos replicaban casi al unísono «sí, lo es», Williamson dijo: «No, no en mi nombre. No, en el nombre de la Biblia. Con respeto, Su Gracia, pido hablar sobre este impedimento absoluto». Sin prestar más atención al asunto, Sentamu leyó una declaración ya escrita que repetía su pregunta y respondía afirmativamente.
Tras la letanía y una plegaria de consagración, Lane se arrodilló frente al arzobispo de York para que éste y los demás superiores jerárquicos presentes, incluido el arzobispo de Canterbury Justin Welby, posaran las manos sobre su cabeza.
La primera obispo de la Iglesia de Inglaterra está casada con el capellán del aeropuerto de Manchester y es madre de dos hijos. Le gusta el fútbol, es hincha del Manchester United y en su tiempo libre toca el saxofón. Pertenece a la primera generación de mujeres que fueron ordenadas sacerdote hace dos décadas.
Lane ejercerá como obispo de Stockton. La Iglesia anglicana –con más de 80 millones de fieles en todo el mundo– cuenta ya con otras mujeres consagradas en Estados Unidos, Australia, Canadá, Suazilandia y Gales.