El Papa Francisco recibió este jueves en el Vaticano a los miembros de la Comisión internacional anglicano-católica. Durante el encuentro, el Santo Padre les felicitó por el trabajo realizado, que prevé la publicación en breve plazo de cinco declaraciones comunes en la segunda fase del diálogo entre ambas confesiones cristianas.

Además, el Pontífice puso de relieve el tema elegido para la nueva sesión de este diálogo, sobre la relación entre Iglesia universal e Iglesia local, con particular referencia a los procesos de debate y decisiones sobre cuestiones morales y éticas.

Así, el Obispo de Roma señaló que las divergencias que nos dividen no se deben aceptar como inevitables y renovó su invitación a invocar al Espíritu Santo, para poder responder a ‘los signos de los tiempos’. “Invoquemos juntos los dones del Espíritu Santo para ser capaces de responder con valentía a los ‘signos de los tiempos’, que llaman a todos los cristianos a la unidad y al testimonio común. Pueda el Espíritu inspirar abundantemente su trabajo”, dijo.

En su intervención, el Papa también hizo hincapié en que aunque no se haya logrado aún la comunión plena, “estamos convencidos de que el Espíritu Santo sigue impulsándonos hacia ella, a pesar de las dificultades y de los nuevos desafíos”.

Francisco insistió en el hecho de que la sangre de los cristianos perseguidos nos une y exhorta a realizar lo que el Señor quiere para su Iglesia. No sólo en la antigüedad y en el pasado reciente, subrayó el Santo Padre, y recordó a los mártires anglicanos y católicos en Uganda.

Exhortando a no desalentarnos y a confiar aún más en el poder del Espíritu Santo, que puede sanarnos, reconciliarnos y hacer todo lo que humanamente parece imposible, el Sucesor del Pedro recordó la apremiante actualidad del testimonio cristiano: “Más allá de toda división, ya existe un fuerte lazo que nos une: es el testimonio de los cristianos, pertenecientes a Iglesias y tradiciones diversas, víctimas de persecuciones y violencias, sólo a causa de la fe que profesan. La sangre de estos mártires nutrirá una nueva era de compromiso ecuménico, una nueva apasionada voluntad de cumplir el testamento del Señor”.

“El testimonio de estos nuestros hermanos y hermanas nos exhorta a realizar, con determinación, lo que el Señor quiere para su Iglesia. Hoy el mundo tiene urgente necesidad del testimonio común y alegre de los cristianos, de la defensa de la vida y de la dignidad humana, en la promoción de la paz y de la justicia”, reiteró.

Una primera búsqueda de la unidad visible plena entre la Comunión anglicana y la Iglesia católica se inició hace 49 años en el histórico encuentro en Roma entre el arzobispo Ramsey y el papa Pablo VI.

Desde entonces, la Comisión internacional anglicano-católica (ARCIC) --instituida en 1970-- y la Comisión internacional anglicano-católica para la unidad y la misión (IARCCUM) --desde el año 2000-- son las dos estructuras a través de las cuales se lleva a cabo el diálogo teológico entre católicos y anglicanos.

La ARCIC concentra su trabajo en los temas de controversia teológica entre católicos y anglicanos. La IARCCUM tiene como fin reforzar los objetivos de la ARCIC, además de hallar estrategias para traducir en hechos concretos el grado de comunión espiritual alcanzado.

La primera fase del trabajo de la ARCIC (1970-1981) se tradujo en las declaraciones sobre la Eucaristía, el ministerio y dos sobre la autoridad en la Iglesia; la segunda fase de trabajo de ARCIC (1983 hasta el presente) incluyó declaraciones sobre la salvación y justificación, la naturaleza de la Iglesia, más trabajo sobre la autoridad de la Iglesia y sobre el papel de la Virgen María en la doctrina y vida de la Iglesia.  

Además, otros grandes sucesos han influido en la relación entre la Comunión anglicana y la Iglesia católica. De una parte, la decisión de ambas confesiones de añadir calor humano al proceso de diálogo abierto. En este sentido se vienen realizando encuentros y coincidencias al máximo nivel. La más significativa y reciente ha sido la audiencia del arzobispo de Canterbury, Justin Welby, con el papa Francisco en el Vaticano el pasado mes de junio. Durante la reunión, el Santo Padre y el Primado Anglicano renovaron el propósito de avanzar en el camino ecuménico con el deseo de llegar algún día a la plena unidad.

(IDV)