Más de dos mil personas han muerto ya este año en el Mediterráneo intentando llegar a Europa, una cifra inaceptable, ha señalado este martes la portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Itayi Virri, que ha hecho balance de los primeros siete meses de 2015. El último informe de la OIM indica que en el mismo período del año pasado las víctimas fueron 1.674, mientras que en todo el 2014 murieron 3.279 personas.
“Desgraciadamente durante este fin de semanas hemos alcanzado las 2.000 víctimas; migrantes que en el 2015 han intentado alcanzar Europa a través del mar Mediterráneo”, ha explicado Virri. Y según las previsiones probablemente el número seguirá en aumento en los próximos meses. Se espera además que de aquí hasta finales de año lleguen a las costas europeas más de 200 mil personas.
Por su parte, el director general de la OIM, William Lacy Swing, ha reiterado que “es inaceptable que en el siglo XXI la gente que huye de las guerras, de las persecuciones o la pobreza deba soportar estas terribles experiencias en sus propios países, por no hablar durante el viaje, para después morir a las puertas de Europa”.
El documento hecho público hoy por la organización intergubernamental con sede en Ginebra destaca que la mayor parte de los migrantes murieron en la ruta del Mediterráneo central que une Libia con Italia mientras intentaban atravesar el Canal de Sicilia, la ruta más peligrosa para quienes se embarcan en precarias barcazas en busca de un futuro mejor.
En lo que va de año, los países del sur de Europa son los que han registrado un mayor flujo migratorio, especialmente Italia y Grecia. Cerca de 97 mil personas llegaron al país transalpino frente a las 90.500 que lo hicieron al país heleno.
Sin embargo, la dramática contabilidad de los muertos en el Mediterráneo evidencia terribles diferencias entre ambas naciones: 1.930 personas murieron mientras intentaban alcanzar las costas italianas frente a 60 que lo hicieron tratando de buscar un futuro mejor en Grecia.
A pesar de la magnitud de la tragedia, la OIM ha asegurado que podría haber sido peor si no fuera por los esfuerzos de los guardacostas que, a diario, patrullan las aguas del Mediterráneo en busca de embarcaciones con migrantes a la deriva. De hecho, unas 188 mil personas han sido rescatadas en lo que va de año.