Angels. Church

Angeles - Foto ZENIT cc - San Gioacchino in Prati, Roma

Comentario a la liturgia dominical

Domingo 22 del Tiempo Ordinario – Ciclo B Textos: Deut 4, 1-2, 6-8; Sant 1, 17-18. 21-27; Mc 7, 1-8. 14-15. 21-23

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P. Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor y director espiritual en el seminario diocesano Maria Mater Ecclesiae de são Paulo (Brasil).

Idea principal: ¿En qué consiste la verdadera religión?

Síntesis del mensaje: Nuestra religión no está hecha de exterioridades, como creían algunos fariseos a quienes Cristo trata con tanta dureza en el evangelio, a punto de querer agradar a Dios y ganarse la salvación. Esas “cosas” en un principio fueron adornos de la religión, luego contrincantes de la religión y finalmente suplantaron a la religión.

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, la verdadera religión no es de labios para afuera. “Este pueblo me honra con los labios pero su corazón está lejos de mí” (Is 29, 13). La verdadera religión la hemos sustituido muchas veces por ritos, costumbres, piedades, tradiciones. Oír misa, bautizar a la criatura, hacer la primera comunión, casarse por la Iglesia, arrodillarse en el confesonario, enterrar a un muerto cristianamente, peregrinaciones y procesiones, etc. no son la religión. Esas son cosas de la religión, pero no la religión. Prueba de ello es que no siempre existieron esas “cosas” pero siempre existió la religión. Otras veces fueron otras costumbres, ritos, tradiciones…pero la religión fue la misma. Cristo no está despreciando las normas de vida de los judíos: Él dijo que no había venido a abolir la ley, sino a darle plenitud y llevarla a la perfección. Jesús interiorizó esa ley, para que no nos conformemos con la apariencia exterior. Jesús condena el legalismo formalista, sin alma, sin sensibilidad, sin caridad, que esclaviza más que libera.

En segundo lugar, la verdadera religión es la fe en Jesús vivo, muerto, resucitado, glorificado, Hijo de Dios. Fe es la actitud trascendental del corazón del hombre, para quien Jesús lo es todo, como su escala de valores y de principios, sus esperanzas eternas, sus destinos…La actitud transcendental es la obediencia a Dios, el seguimiento de los dictámenes de la conciencia recta y el servicio desinteresado a los hombres (2ª lectura). La fe, pues, es la actitud transcendental del corazón como estilo de vida; sin esa fe no hay ni misa ni sacramentos ni teología ni moral…que valgan, pero con esa fe en Dios misa y sacramentos y piedades…hacen la religión florida y hermosa. O sea, creyentes, más que practicantes, quiere Dios. Y si practicantes, es porque le dan vida y espíritu a la letra, que de por sí sólo mataría. Es decir, que a misa, sacramentos y piedades se les echa alma, espíritu, corazón y vida o aquí ni hombre ni religión ni nada.

Finalmente, concretemos lo dicho. Por ejemplo, algunas primeras comuniones son ya suntuosas como una boda, y eso es un escándalo económico, social y religioso. ¿Esa es la religión verdadera? Algunas bodas son ya un rito tan secularizado como una fiesta social, donde valen más las fotos, el video y la parafernalia musical… y eso es una degradación, la humillación y el desprestigio del sacramento. ¿Religión verdadera? Y así las confesiones mecánicas, las comuniones mercantiles: “voy a ofrecer esta comunión para conseguir esta o aquella gracia para…”. ¿Qué decir de procesiones o peregrinaciones que parecen más una feria donde se vende todo, que un gesto exterior de algo profundo del corazón? ¿Religión verdadera? Ahora entendemos por qué Jesús fue tan duro con estos fariseos ritualistas que cifraban la religión en prácticas exteriores y no en la fe en Dios. Por eso Jesús, entre el hombre y el sábado, se quedaba con el hombre, para quien ahí está el sábado; no al revés. Por eso, Jesús echó una mano al hombre religioso y le asentó la mano al hombre ritualista (cf. Mc 2, 27). El año, mes y día, en que Jesús dijo –evangelio de hoy- que las cosas externas no hacen malo al hombre sino las internas oriundas del corazón son las que le hacen bueno, malo, regular, santo, etc.., en ese momento pronunció Jesús “una de las mayores frases en toda la historia de las religiones” (Montefiore). Frase que va al corazón del hombre –en sentido bíblico de la expresión-, es decir, a la inteligencia, la voluntad y el sentimiento del hombre…Esa es la verdadera religión, que vino a enseñarnos Jesús, el Hijo de Dios.

Para reflexionar: ¿Soy hombre religioso o sólo ritualista? ¿Ritualista o espiritualista? ¿Creyente o sólo cumplidor? ¿Vivo en esa actitud transcendental, en obediencia a Dios, en el seguimiento de la conciencia recta y en el servicio desinteresado a los hombres (2ª lectura)? Huyamos del fariseísmo y del ritualismo sin fe y sin alma (evangelio), para ser gratos a Dios (salmo). Fueron los “practicantes” los que llevaron a la cruz a Cristo y lo mandaron crucificar. ¿Dónde estaba la fe de esos “piadosos practicantes”?

Para rezar: Hazme entender que tú me conoces enteramente, pues eres mi Creador, y sabes de todas mis cosas. Y eres tú, mi Señor, quien me transformas, quien me instruyes, quien me modelas, quien me perfeccionas, quien haces de mí tu hijo, quien me ama y quien me salva. Finalmente, Señor, haz que me deje caer confiado y esperanzado en tus manos y, como un niño en brazos de su padre, me duerma en tu regazo.

Cualquier sugerencia o duda pueden comunicarse con el padre Antonio a este email: arivero@legionaries.org

 

 

 

 

 

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Antonio Rivero

El padre Antonio Rivero nació en Ávila (España) en 1956. Entró a la congregación de los Legionarios de Cristo en 1968 en Santander (España). Se ordenó de sacerdote en Roma en la Navidad de 1986. Es licenciado en Humanidades Clásicas en Salamanca, en Filosofía por la Universidad Gregoriana de Roma y en Teología por la Universidad de santo Tomás también en Roma. Es doctor en Teología Espiritual por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum (Roma) donde defendió su tesis el 16 abril del año 2013 sobre la dirección espiritual en san Juan de Ávila, obteniendo “Summa cum laude”. Realizó su ministerio sacerdotal como formador y profesor de Humanidades clásicas en el seminario en México y España. Fue vicario parroquial en la ciudad de Buenos Aires durante doce años. Durante diez años fue director espiritual y profesor de teología y oratoria en el Seminario María Mater Ecclesiae en são Paulo (Brasil), formando futuros sacerdotes diocesanos. Actualmente es profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y ayuda en el Centro Logos, en la formación de sacerdotes y seminaristas diocesanos. Ha dedicado y dedica también parte de su ministerio sacerdotal a los Medios de Comunicación Social. Ha publicado catorce libros: Jesucristo, Historia de la Iglesia, Los diez mandamientos, Breve catequesis y compendio de liturgia, El tesoro de la Eucaristía, El arte de la predicación sagrada, La Santísima Virgen, Creo en la Vida eterna, Curso de Biblia para laicos, Personajes de la Pasión, G.P.S (Guía Para Santidad, síntesis de espiritualidad católica), Comentario a la liturgia dominical ciclo A, Comentario a la liturgia dominical ciclo B, Comentario a la liturgia dominical ciclo C. Ha grabado más de 200 CDs de formación. Da conferencias en Estados Unidos sobre pastoral familiar, formación católica y juventud. Y finalmente imparte retiros y cursos de formación a religiosas, seminaristas y sacerdotes diocesanos en México, Centroamérica y donde le invitan.

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