Foto: Luca Volonte
(ZENIT Noticias – La Bussola Quotidiana / Washington, 21.05.2022).- La guerra desatada por abortistas y demócratas desde el 2 de mayo, con la publicación del proyecto de sentencia del Tribunal Supremo contra el aborto, ha alcanzado un punto álgido. Los llamamientos, que los republicanos llevan quince días dirigiendo a la Administración Biden y al Departamento de Justicia sobre los peligros que corren los jueces, habían sido hasta ahora desatendidos. Algo se mueve, pero ahora hay terroristas en el campo.
Para convencer al Secretario de Justicia, Merrick Garland, de que había que actuar urgentemente, fue necesario un documento específico del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en el que se describían los graves peligros de los ataques contra jueces, antiabortistas e incluso iglesias y sacerdotes. La primicia periodística de Político a principios de mayo y la exageración mediática de abortistas y demócratas han desatado una oleada de amenazas contra los provida y los jueces y han aumentado la «probabilidad de violencia extremista», afirma el documento que salió a la luz el miércoles 18 de mayo. La violencia puede provenir de ambos bandos, según el mismo documento, aunque hasta la fecha no se ha denunciado ningún caso de violencia contra los antiabortistas, pero también de «otros tipos de extremistas» que buscan explotar las tensiones, según este informe dirigido a los organismos gubernamentales locales.
El documento -fechado el 13 de mayo, publicado el día 18 por la agencia de noticias Axios y recogido después en su totalidad por varios órganos y sitios de noticias- intenta distinguir entre las actividades ilegales y las protestas intensas pero legales, que estarán garantizadas incluso cuando el Tribunal Supremo emita su sentencia en los próximos meses. «El Dhs está comprometido con la protección de la libertad de expresión de los estadounidenses y otros derechos civiles y libertades civiles, incluyendo el derecho a protestar pacíficamente», dijo un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional en respuesta a una solicitud de comentarios de la agencia de noticias Axios.
El documento de la Dhs afirma que «aunque históricamente los actos de violencia relacionados con esta cuestión han sido cometidos principalmente por extremistas violentos que se oponen al derecho al aborto», sin embargo, «en el futuro, los agravios relacionados con la limitación del acceso al aborto podrían alimentar la violencia de los extremistas violentos a favor del aborto y de otros» (extremistas violentos domésticos).
La publicación del proyecto de sentencia del Tribunal Supremo provocó un «aumento significativo» de las amenazas a través de las redes sociales contra jueces del Tribunal Supremo, miembros del Congreso y otros funcionarios públicos, así como contra el clero y los trabajadores sanitarios.
«Los extremistas de la violencia doméstica y los grupos criminales han adoptado la narrativa del derecho al aborto para fomentar la violencia, lo que probablemente aumenta la amenaza contra el personal y los centros de salud reproductiva del gobierno, los religiosos y los opositores ideológicos». La Dhs afirma haber identificado «al menos 25 amenazas violentas en las redes sociales» que incluían «quemar o asaltar el Tribunal Supremo de Estados Unidos y asesinar a los jueces y a sus secretarios, a los miembros del Congreso y a los manifestantes pacíficos».
Ese mismo día, el miércoles, el Departamento de Justicia tuvo que anunciar que el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos, la fuerza policial dedicada a la seguridad de los magistrados, había puesto a los jueces supremos bajo vigilancia las 24 horas del día. No fue hasta la tarde del miércoles 18 de mayo cuando el fiscal general Garland decidió reunirse con los responsables del Departamento de Justicia y con altos funcionarios del Tribunal Supremo para estudiar medidas de seguridad adicionales para los jueces, sus familias, los funcionarios, el edificio y las oficinas del propio Tribunal. No hay intención de prohibir las manifestaciones. ¿Superficialidad, subestimación, complicidad? ¿Por qué desde el 13 de mayo hasta la noche del 18 de mayo, la Administración Biden y el Fiscal General no movieron un dedo para impedir los planes terroristas y proteger a los jueces y las iglesias? Sin embargo, las grabaciones de audio y vídeo de las amenazas de muerte de los abortistas contra los indefensos proabortistas y los sacerdotes, que han estado circulando por la red en los últimos días, eran conocidas por los investigadores.
Entre los antiabortistas, son los católicos y las iglesias los que más han sufrido ataques y amenazas, como detalló a Dailywire el presidente de Catholic Vote, Brian Burch. A modo de recordatorio, el pasado 14 de enero la Conferencia Episcopal de Estados Unidos ya pidió al gobierno que estuviera vigilante y protegiera a las iglesias y a sus fieles, denunciando un centenar de ataques recibidos en poco tiempo; y en un nuevo documento los obispos estadounidenses dan cuenta de 132 ataques violentos y blasfemos hasta la fecha. La situación es peligrosa y está llena de derramamiento de sangre. Sin embargo, el Washington Post comparó, en un vitriólico artículo, la posible sentencia del Tribunal Supremo contra el aborto con los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas. Las palabras pueden convertirse en balas, pero los liberales y demócratas estadounidenses no han vivido nuestros trágicos «años de plomo» y están jugando con fuego.
Emblemática es la elección de la vicepresidenta Kamala Harris, que este 19 de mayo tuvo a bien testimoniar su cercanía a los operadores de las multinacionales abortistas americanas, con Planned Parenthood a la cabeza, agradeciéndoles su compromiso y asegurándoles el pleno apoyo de la Administración Federal. ¿Biden? Su índice de aprobación ha caído al 26% entre el electorado hispano, que el año pasado le apoyaba con un 55%. La gasolina alcanza el récord de cuatro dólares por galón… Corramos un tupido velo.