cardenal Christoph Schönborn, Arzobispo de Viena Foto: Communio

Cardenal Schönborn: Me impresiona la paciencia del Papa con los obispos alemanes

Con una fina ironía el arzobispo de Viena hace notar que la carta del Vaticano con la que se prohibió la constitución del Comité Sinodal apareció al inicio de Cuaresma, tiempo de reflexión y conversión, y se interroga si el tiempo en que fue enviada y recibida no era también un mensaje.

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(ZENIT Noticias / Viena, 02.03.2024).- El arzobispo de Viena, cardenal Christoph Schönborn, concedió una entrevista a la revista Communio y en ella ha tratado varios temas de actualidad eclesial.

Respondiendo a una pregunta sobre la carta con la que el Vaticano detuvo la constitución de un Comité Sinodal en Alemania, el cardenal Schönborn reconoce que “Las crecientes tensiones no son una expresión de un conflicto “Roma contra Alemania”; más bien, se trata de la comprensión básica de la iglesia. La primera tarea del Papa es enseñar y proteger la fe de la Iglesia. La preocupación que el Papa y sus colegas de los dicasterios romanos han expresado repetidamente es, ante todo, una preocupación por una correcta comprensión de la Iglesia. Y no se trata del poder de la sede romana contra el poder de las iglesias locales, sino de la unidad de la fe, que es el principal servicio que debe mantener el ministerio de Pedro”.

Más adelante, el arzobispo de Viena observa que “La ausencia total del tema de la evangelización en el Camino Sinodal alemán me hace cuestionar la imagen de la Iglesia que aquí se expresa. La impresión es que las preocupaciones del Papa simplemente no están siendo atendidas. Me parece que simplemente faltan los importantes impulsos de la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” de 2013. Nunca en la larga historia de la Iglesia la Iglesia ha hablado de sí misma de manera tan amplia y clara como en el Concilio Vaticano II. Aquí también se trata de la renovación de la iglesia al servicio del mundo. Las críticas de Roma se refieren en última instancia a los déficits en la recepción de la eclesiología del Concilio Vaticano II”.

Y cuando se le señala que hay personas que ven en el Camino Sinodal alemán una continuación de la eclesiología del Concilio Vaticano II, dice: “El Concilio desarrolló una comprensión del obispo que se basa en última instancia en el fundamento de Cristo (cf. Lumen Gentium, capítulo 3), cuya norma no es el hábil equilibrio de las relaciones de poder. El oficio de obispo está en la continuidad de la proclamación apostólica y está dotado de un poder que se otorga con el sacramento del orden. Por lo tanto, es inaceptable que comités mixtos y sus votos mayoritarios determinen el destino futuro de la iglesia. Ésta es la tarea de los obispos como testigos de la fe sacramentalmente autorizados. Como obispo con muchos años de experiencia, por supuesto soy consciente de que el uso del servicio sacramental es algo culturalmente resistente”.

El cardenal Schönborn, quien también es conde pues sus padres eran nobles (el padre conde y la madre baronesa), subraya la autoridad del Papa frente a los alemanes cuando dice: “las repetidas peticiones del Papa no son simplemente contribuciones a un debate sobre la sinodalidad, estas declaraciones – y especialmente en la carta a los obispos alemanes que ahora se ha hecho pública – se refieren a todo el peso del ministerio episcopal. cum y sub Petro. Esto toca un punto central de la constitución de la Iglesia Católica. Por lo tanto, los obispos alemanes deben preguntarse seriamente si realmente quieren retirarse de la comunión con y bajo el Papa o, más bien, aceptarla lealmente. Negarse a ceder sería una obstinación, un signo claro de un cisma que nadie puede querer.

Con una fina ironía el arzobispo de Viena hace notar que la carta del Vaticano con la que se prohibió la constitución del Comité Sinodal apareció al inicio de Cuaresma, tiempo de reflexión y conversión, y se interroga si el tiempo en que fue enviada y recibida no era también un mensaje.

Criticando el Comité Sinodal Alemán, una superestructura que pone en suspenso la autoridad personal del obispo, el cardenal exhorta a los obispos y laicos alemanes: “¡por favor, estudien detenidamente el Concilio Vaticano II! Contamos con este Concilio -en continuidad con la gran tradición docente de la Iglesia- como orientación sobre las cuestiones que aquí se debaten. Ambos dogmas se ven afectados en la constitución del Consejo sinodal porque la comprensión del obispo como órgano ejecutivo de las decisiones de la mayoría sinodal no es compatible con la del Consejo. Las declaraciones de Roma nos han recordado repetida y enfáticamente que el Consejo sinodal también es incompatible con el derecho actual. Ignorar esto sería negligente”.

Comentando las inquietudes una parte del laicado, el que hace lobby y es conocido como Comité Central de los Católicos Alemanes, el cardenal de Viena dice: “hay que recordar que las posiciones del Comité Central de los católicos alemanes no son simplemente la expresión de la fe del pueblo de Dios. El Papa Francisco ha recordado repetidamente la enseñanza del Concilio sobre la infalibilidad del pueblo de Dios en materia de fe. La cuestión de determinar qué constituye sensus fidei no puede responderse de manera unívoca; el sentido de fe del pueblo de Dios no puede medirse demográficamente. El obispo no puede delegar en comités la responsabilidad personal de transmitir la fe. Por tanto, la figura del compromiso voluntario de los obispos con las decisiones de los concilios sinodales es incompatible con el corazón de la misión episcopal”.

Finalmente, el arzobispo de la capital austriaca valora al Papa con las siguientes palabras: “Me impresiona la paciencia con la que el Papa y los dicasterios romanos intentan mantener el diálogo con los obispos alemanes y mantener la unidad y la comunión. No son pocos los que acusan al Papa y a sus colaboradores de ser demasiado pacientes, diciendo que hace tiempo que ha llegado el momento de reaccionar con medidas drásticas. No, incluso después de la última carta de Roma: ¡la ventana para el diálogo sigue abierta! Mi impresión es que el Papa y los dicasterios romanos han hecho todo lo posible por complacer a los obispos alemanes. Por tanto, también debemos esperar que los obispos alemanes hagan concesiones a cambio, y los obispos alemanes también deben esperar que el Comité Central de los Católicos Alemanes no se extralimite”.

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Joachin Meisner Hertz

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