Juan Pablo II pide no desfigurar la identidad del Camino de Santiago

Envía su mensaje y bendición apostólica al inicio del Xacobeo 2004

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SANTIAGO DE COMPOSTELA, 1 enero 2004 (ZENIT.orgVeritas).- En un mensaje leído en la tarde del 31 de diciembre, durante la apertura de la Puerta Santa, que marcó el inicio del Xacobeo 2004, Juan Pablo II subrayó la dimensión religiosa y espiritual del Camino de Santiago.

Asimismo expresaba a monseñor Julián Barrio Barrio, arzobispo de Santiago de Compostela, su unión espiritual a todos los peregrinos que se acercarán a la tumba del Apóstol durante el 2004.

El Santo Padre ha querido destacar en su mensaje la importancia de la peregrinación jacobea como expresión «de los orígenes espirituales y culturales del viejo Continente, pues la Iglesia y Europa son dos realidades íntimamente unidas en su ser y en su destino».

«Por ello, a pesar de la actual crisis cultural que, en ciertos aspectos, repercute en la vida de algunos cristianos, debemos reafirmar que el Evangelio sigue siendo una referencia fundamental para el continente», añade.

Para Juan Pablo II, «el Camino de Santiago, a través del cual tantos peregrinos
han purificado y acrecentado su fe a lo largo de la historia y que ha dejado
su impronta netamente cristiana en la cultura humana, no puede olvidar su dimensión espiritual».

El Papa advierte en su mensaje que el «fenómeno jacobeo no puede desfigurar su identidad a causa de los factores culturales, económicos y políticos que conlleva. Cualquier iniciativa que intenta desvirtuar o adulterar su carácter específicamente religioso sería una tergiversación de sus auténticos orígenes».

En este sentido, para Juan Pablo II «el peregrino no es, pues, sólo un caminante: es, ante todo, un creyente que, a través de esa experiencia de vida y con la mirada fija en la intrepidez del Apóstol, quiere seguir fielmente a Cristo».

El Papa comenta el lema elegido para el Xacobeo 2004: «Peregrinos por Gracia. ¿Qué conversación es la que lleváis por el camino?» afirmando que «es una imagen del peregrinar cristiano, muy adecuada para los peregrinos del nuevo milenio».

Después de recordar insistentemente que «la esencia de la peregrinación a Santiago de Compostela ha sido la conversión al Dios vivo a través del encuentro con Jesucristo», propone «los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía»
como medios para revitalizar la fe.

En una breve descripción del significado que tiene la peregrinación, el Santo Padre afirma que los peregrinos «con su caminar reflexivo, entregados a la intimidad con el Señor en la oración y el silencio, apoyados en el bordón de su Palabra, contemplando las maravillas que el Creador plasmó en la naturaleza, con su ascesis personal, ligeros de equipaje y provisiones, evitando los peligros de la experiencia gnóstica de preocupantes movimientos pseudoreligiosos y culturales, son invitados a anunciar el Reino de Dios».

Finalmente, Juan Pablo II considera que «las diversas actividades pastorales programadas para el Jubileo, particularmente la reunión de la Comisión del Episcopado de la Comunidad Europea (COMECE) y el Encuentro Europeo de Jóvenes» serán ocasión de impulsar «el compromiso con los valores de la Buena Nueva» no sólo en Europa, sino también en América y los demás continentes.

En la homilía pronunciada en la tarde del último día del año, durante la Apertura de la Puerta Santa, monseñor Julián Barrio Barrio expresó el gozo de la Iglesia compostelana al «ofrecer este acontecimiento de gracia» e invitó a los cristianos a aprovecharlo como «encuentro con Jesucristo».

«La Apertura de la Puerta Santa que nos evoca el paso que cada cristiano está llamado a dar del pecado a la gracia, nos recuerda la primacía de la gracia como principio esencial de la visión cristiana de la vida», afirmó el prelado al inicio del Año Santo Compostelano 2004.

Los reyes de España asistieron en la mañana del 30 de diciembre en la catedral de Santiago de Compostela, a la celebración anual en la que se conmemora el traslado de los restos del apóstol Santiago desde Jaffa (Jerusalén) hasta las costas gallegas, y durante la cual Su Majestad el Rey hizo la ofrenda al Apóstol.

En la ofrenda al apóstol, en la que el rey Juan Carlos actúo hoy por primera vez como oferente, Su Majestad dijo que «en los Caminos de Peregrinación, siempre hemos encontrado el renovado estímulo espiritual que nos ayuda a fortalecer los valores que inspiran a nuestra sociedad».

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ZENIT Staff

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