CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 23 enero 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II propuso este viernes, al recibir al presidente del gobierno español, José María Aznar, que las relaciones entre la Iglesia y el estado se caractericen por la «colaboración» «desde el respeto y la independencia»
La audiencia se convirtió en la despedida del pontífice de Aznar como jefe del Ejecutivo español, pues abandonará el cargo tras los comicios generales previstos para el próximo 14 de marzo.
En el discurso que el Papa le dirigió hablando en castellano con voz clara, recordó que durante estos ocho años de mandato del primer ministro han podido encontrarse en varias ocasiones, la última, durante el quinto viaje pontificio a España, que tuvo lugar el pasado mes de mayo.
«En esa memorable ocasión pude constatar, una vez más, las profundas raíces cristianas del pueblo español y el dinamismo de la Iglesia en su noble país», reconoció el obispo de Roma.
«Esas dos cualidades han marcado los momentos mas brillantes de su historia, y con ellas las nuevas generaciones podrán encaminarse hacia un futuro cada vez más prometedor», añadió.
El pontífice se complació, asimismo, «por la colaboración sincera y leal entre la Iglesia y las autoridades al servicio de los españoles, desde el respeto y la independencia».
Por último, el Santo Padre alentó «el progreso espiritual y material de los españoles», así como «su convivencia pacifica en concordia y libertad», e invocó «del Altísimo toda clase de bendiciones sobre los amadísimos hijos e hijas de España».
El presidente del gobierno llegó acompañado de su esposa, Ana Botella, sus hijos Ana y Alonso y su yerno, Alejandro Agag, así como por el embajador español ante la Santa Sede, Carlos Abella, y su esposa, y colaboradores de Aznar.
El Papa y Aznar mantuvieron una primera reunión a solas durante dieciséis minutos en la Biblioteca privada, a donde accedieron a continuación los familiares y colaboradores del jefe del Ejecutivo y a los que saludó uno a uno el Pontífice.
«En una conversación muy cordial, el Papa y el presidente Aznar hablaron de Europa», reveló más tarde en un comunicado Joaquín Navarro-Valls, director de la Oficina de Información de la Santa Sede.
«El Santo Padre apreció la posición del presidente del gobierno español, en particular sobre el reconocimiento de las raíces históricas cristianas de Europa», explicó en referencia a la posición española en los trabajos de redacción de la futura Constitución de la Unión Europea.
«El coloquio se extendió después a los temas de la situación actual del mundo, sobre todo en el área mediterránea y en Oriente Medio», sigue revelando Navarro-Valls.
Después de que los informadores gráficos pudieran tomar unas fotos del Papa y la familia Aznar, el jefe del ejecutivo regaló al Santo Padre un libro de 1611 con las obras completas de Santa Teresa de Jesús.
Juan Pablo II le respondió con una fotografía suya enmarcada en plata y con una dedicatoria personal, así como con un estuche con los misterios del rosario en plata.
Sucesivamente, Aznar fue recibido por el secretario de Estado, el cardenal Angelo Sodano, según confirmó el portavoz vaticano.
«Durante el encuentro con el secretario de Estado, su eminencia el cardenal Angelo Sodano impuso las insignias de Dama de la Orden de Pío IX a la esposa del presidente Aznar, la señora Ana Botella, en reconocimiento de sus iniciativas asistenciales y sociales», concluye el comunicado vaticano.
