ROMA, viernes, 23 enero 2004 (ZENIT.org).- El testimonio de cristianos que han dado la vida por Cristo constituye un impulso decisivo a la búsqueda de la unidad plena, concluye un libro recién publicado en Italia.
«El testamento de los mártires todavía no ha sido abierto» afirma Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San Egidio, uno de los colaboradores del libro «Testimonios del espíritu. Santidad y martirio en el siglo XX» («Testimoni dello Spirito. Santità e martirio nel secolo XX»), editado por Ediciones Paulinas.
El libro quiere ayudar a «redescubrir el aspecto ecuménico del martirio
solicitado tantas veces por Juan Pablo II», afirma el coordinador de la obra, Natalino Valentini.
El libro incluye el testimonio de santidad y martirio de Edith Stein (católica), Dietrich Bonhoffer (luterano), Pavel A. Florenskij (ortodoxo) y Jerzy Popieluszko (católico).
Valentini explica que «reflexionar sobre las lecciones de estos maestros del pensamiento y testimonios de Cristo nos parece hoy de fundamental importancia para comprender siempre más claramente el vínculo entre cristianismo y cultura, entre fe y historia».
Además de Riccardi, participa con una reflexión sobre el martirio Enzo Bianchi, prior de la comunidad de Bose.
El fundador de la Comunidad de San Egidio recuerda que «los cristianos mártires no son sólo católicos sino también evangélicos, anglicanos y ortodoxos» y loa la iniciativa anglicana de colocar figuras de cristianos mártires en la abadía de Westminster.
«Un mártir no es un kamikaze, ni un suicida o «sahid» –añade–: es un hombre o mujer que cree, espera, trabaja para los pobres, por la paz, anuncia el Evangelio, ama la Iglesia y delante de la amenaza de muerte sigue su trabajo y su testimonio sin dejarse intimidar», afirma Riccardi, quien es también profesor universitario de historia.
Por su parte, Enzo Bianchi recuerda que «el sufrimiento de los mártires ortodoxos, católicos y evangélicos constituye una invocación de unidad para que el mundo crea».
El libro no utiliza el término «mártir» en el sentido canónico, que requiere el proceso instruido por la Congregación vaticana para las Causas de los Santos.
En la preparación del jubileo del año 2000, Juan Pablo II instituyó la Comisión para los Nuevos Mártires y le dio el encargo de preparar «catálogos de mártires» de las diferentes confesiones cristianas del siglo XX.
El 4 de diciembre de 2000 el Papa recibió la lista de 13.400 ejemplos de cristianos de diferentes confesiones que dieron su vida por Cristo a partir del 1 de enero de 1900.
Se trata de un trabajo ingente, dirigido por el presidente dela Comisión, monseñor Michel Hrynchyshyn, exarca de los ucranianos de rito bizantino en Francia, con la ayuda de diez expertos. Estos mártires proceden de 106 países.
El trabajo, recogido en dos volúmenes, que por el momento no se han publicado, recoge sus biografías y el contexto histórico en que dieron testimonio de Cristo.