VALENCIA, martes, 3 febrero 2004 (ZENIT.org–Veritas).- El próximo 11 de febrero, la Reina doña Sofía entregará la Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social, concedida por el Ministerio de Trabajo, a la Casa Cuna Santa Isabel, de Valencia; y la Cruz de Plata, a la Asociación de Padres de Discapacitados Psíquicos (ASPADIS).
La directora de la Casa Cuna, la religiosa Aurora Gallego, ha dicho que acudirá al Palacio de la Zarzuela a recibir el premio «para dar testimonio de la vida». En esta breve entrevista concedida a la Agencia Veritas tras hacerse pública la concesión del galardón, explica el significado que este premio tiene en orden a la «defensa de la vida».
–¿Qué significa para usted esta distinción?
–Madre Aurora Gallego: Es un reconocimiento muy importante para la y para la Congregación (las Siervas de la Pasión atienden la Casa Cuna), pero mucho más para la defensa de la vida. De alguna manera, es un reconocimiento de todos los abortos que se han evitado, y que el premio llegue en este momento, en el que se cometen tantos crímenes contra niños no nacidos, es una satisfacción muy grande.
–¿Cómo trasladar a la sociedad el significado de este premio a la Casa Cuna?
–Madre Aurora Gallego: La vida es un derecho, nadie puede violar el derecho de otro a nacer. Tener en cuenta esas vidas, es algo que no se respeta en la línea de matanzas que se está siguiendo.
Entre todos estamos haciendo una cultura de la muerte. La Iglesia tiene medios para ayudar a las mujeres que piensan abortar o que tienen problemas, no hace falta acudir a un crimen.
Está muy bien que se hagan manifestaciones para apoyar a las víctimas del terrorismo, pero me pregunto ¿quién defiende a estos inocentes, que son millones de víctimas de tantas injusticias? Por estos inocentes, me siento satisfecha de las personas que trabajan por la vida.
–¿Por qué razón se siguen produciendo tantos abortos?
–Madre Aurora Gallego: Sobre todo porque se da una información errónea y poca formación. Se habla del aborto y no se explica las consecuencias que trae aparejadas. En nuestro trabajo con jóvenes, vemos que no saben lo que es el aborto.
Falta la cultura de la vida, se necesita una información y una formación más profunda. Hay que transmitir los valores. Nunca tenemos derecho a sacar la vida, pero menos la vida de inocentes indefensos.
–En la Casa Cuna se acoge también a mujeres que han sufrido malos tratos ¿por qué este problema parece acentuarse en la sociedad?
–Madre Aurora Gallego: Es una pescadilla que se muerde la cola. Muchos embarazos no deseados son causa luego de malos tratos, pero si las familias carecen de valores, cualquier cosa se puede esperar.
El amor no consiste en un solo acto, aislado, sino en el respeto y en muchas otras cosas que hay que cuidar constantemente.
–¿De dónde le vino a usted esta vocación?
–Madre Aurora Gallego: Mi fundadora, Teresa Gallifa Palmerola, fue una mujer casada, enviudó a los 32 años y sus siete hijos murieron. Era una mujer fuerte, valiente, con fe.
Ella acogió a muchos niños cuando a finales del siglo pasado, se iniciaba la Revolución Industrial en Cataluña, y comenzaron también a realizarse muchos abortos clandestinos, en los que morían muchas mujeres. Ahora también están muriendo muchas mujeres, aunque no se dice porque no interesa que esto se sepa.
Ella ha sido valiente y así le pasa a Sor Aurora, en cualquier lugar me meto para salvar una vida. Lo único que pido es que no haya niños abandonados en los contenedores ni madres que aborten. Yo los quiero a todos, me los quedo a todos, que me los den a mí.