CIUDAD DEL VATICANO, martes, 4 mayo 2004 (ZENIT.org).- El derecho internacional debe respetar las verdades espirituales y morales, si quiere ponerse al servicio de individuos, pueblos y naciones, considera Juan Pablo II.
El pontífice subrayó la necesidad de que los sistemas jurídicos estén «al servicio real» de todos los seres humanos, en particular de los más desfavorecidos, al encontrarse este martes con exponentes de la Asociación Mundial de Juristas («World Jurist Association»), que del 3 al 6 de mayo ha organizado en Roma una Conferencia sobre «Privatización, banca e insolvencia transfronteriza».
Además de afrontar el mercado exterior y las políticas de inversión, la Conferencia está examinando «la globalización y la integración económica regional, la Organización Mundial del Comercio», según han informado fuentes de la asociación a Zenit.
«El tema de vuestras discusiones se centra en los aspectos legales de ciertas cuestiones económicas que afronta nuestro mundo cada vez más globalizado», comenzó diciendo el Papa en respuesta al discurso del presidente de la asociación, Valerij O. Yevdokimov, de Ucrania.
«Para que los sistemas e instrumentos jurídicos estén al servicio real de todos los hombres, especialmente de los pobres y desfavorecidos, tienen que respetar la verdad de la persona humana en su conjunto», subrayó.
«Por este motivo –concluyó–, es de la máxima importancia que las diferentes expresiones del derecho internacional reconozcan y respeten las verdades morales y espirituales que son necesarias para defender y promover adecuadamente la dignidad de los individuos, pueblos y naciones».
«Un mundo regido por la ley, no por la fuerza» es el objetivo de la Asociación Mundial de Juristas, fundada en 1963, presente hoy en 140 países.