CASTEL GANDOLFO, martes, 7 septiembre 2004 (ZENIT.org).- Cientos de peregrinos catalanes visitaron este martes a Juan Pablo II en la residencia pontificia de Castel Gandolfo para celebrar y agradecer la beatificación del médico y sacerdote Pere Tarrés i Claret (1905-1950).
El Santo Padre se dirigió con voz bastante clara en catalán y castellano a sus huéspedes, entre quienes se encontraban el cardenal Ricard Maria Carles, arzobispo emérito de Barcelona y su sucesor en la guía de la archidiócesis, monseñor Lluís Martínez Sistach.
El Santo Padre dedicó sus palabras a evocar el testimonio de «médico y sacerdote» del beato que este domingo elevó a los altares ante 250.000 personas en Loreto, «dos vocaciones inseparables en él».
«La vida del nuevo beato, llena de una profunda devoción a la Madre de Dios, estaba centrada en Jesús, al cual se entregó totalmente como apóstol de la juventud, especialmente en la Federació de Joves Cristians de Catalunya y en la Acción Católica», afirmó el Santo Padre hablando en catalán.
«Pere Tarrés sigue siendo ejemplo para los médicos, porque amaba al enfermo como persona, ayudándolo a curar o soportar el dolor», añadió en castellano.
«Asimismo, como hombre de corazón indiviso y por su entrega incansable a los fieles y a los diversos apostolados que le fueron confiados, es también modelo para los sacerdotes de hoy», subrayó.
«El beato Tarrés nunca perdió el amor al sacrificio, siendo por ello un luminoso ejemplo para cuantos, aun en medio de muchas dificultades, consagran su vida a la causa del Reino de Dios a través de un servicio generoso a los hermanos más necesitados», recordó.
«Al encomendaros a todos a la intercesión del nuevo Beato, os imparto de corazón la Bendición Apostólica», dijo el Papa al despedirse de los peregrinos catalanes.
En la audiencia también participaron monseñor Francesc Xavier Ciuraneta, obispo de Lérida; monseñor Carles Soler, obispo de Gerona; monseñor Joan Enric Vives, obispo de Urgel; monseñor Romà Casanova, obispo de Vic; monseñor Josep Àngel Sáiz, obispo de Terrassa; monseñor Jaume Pujol, arzobispo electo de Tarragona, y monseñor Joan Carrera, obispo auxiliar de Barcelona.
Este lunes, al llegar a Roma de regreso de Loreto, los peregrinos catalanes participaron en una eucaristía de acción de gracias por la beatificación de Pere Tarrés, presidida por monseñor Martínez Sistach.
