ROMA, martes, 7 septiembre 2004 (ZENIT.org).- El gitano y beato Zeferino Giménez Malla tendrá una iglesia en Roma, y con él la comunidad gitana de la zona.
La iglesia será al aire libre, en forma de circo y está previsto que se termine el 26 de septiembre, día que conmemora la peregrinación del pueblo gitano a Roma para encontrar al entonces Papa Pablo VI, informa Migranti-Press, boletín de la Fundación Migrantes de la Conferencia Episcopal Italiana.
Esta área sagrada se erige en el séptimo aniversario de la beatificación de «El Pelé», sobrenombre de este mártir español y primer gitano que sube a los altares. Zeferino fue fusilado en España en 1936. Sus últimas palabras fueron «Viva Cristo Rey».
El «espacio sacro», tal y como lo denominan los promotores, surge en un terreno del Santuario de la Virgen del Divino Amor, popular santuario romano.
Servirá tanto para celebraciones litúrgicas como para recogimiento y oración personal. La idea es lograr que la comunidad gitana se sienta a gusto para expresar su fe, de ahí el motivo por el que está al descubierto.
El padre Bruno Nicolini, agente de pastoral gitana, ha explicado que será «un lugar de encuentro, reconciliación, acogida y fraternidad en Cristo».
Una gran escultura del beato Zeferino, modelada por el artista gitano Bruno Morelli, presidirá el ábside del nuevo espacio. Se trata de una obra en la que el beato mártir se entrelaza con un gran árbol.
La pequeña iglesia estará construida con doce bloques de la piedra del lugar. La estructura redonda indica la simbología gitana, el acampar y la familia amplia.
Una estela recordará el genocidio nazi de los gitanos y las dos frases emblemáticas de dos papas sobre el pueblo gitano. Una, de Juan Pablo II pronunciada el 12 de marzo del 2000: «Nunca más discriminaciones, exclusiones, opresiones, desprecio de los pobres y de los últimos». Y la otra de Pablo VI en su histórico encuentro con los gitanos el 26 de septiembre de 1965: «Vosotros, no estáis en los márgenes de la Iglesia, sino que estáis en su corazón».
