LOURDES, domingo, 7 noviembre 2004 (ZENIT.org).- El presidente de la Conferencia Episcopal de Francia ha reivindicado el derecho a la libertad de expresión para manifestar su fe de los católicos, y en particular de sus pastores.
«No puede haber libertad religiosa si no hay libertad de expresión y posibilidad de comunicar el propio pensamiento, no sólo en las relaciones personales sino también en el espacio social», afirmó el arzobispo Jean-Pierre Ricard, en la apertura de la asamblea plenaria de los obispos de ese país que se celebra en Lourdes hasta el 9 de noviembre.
Estas declaraciones tienen lugar después de la introducción de una ley contra los signos religiosos en las escuelas, que ha impedido ya a algunos sacerdotes entrar en colegios con sotana.
Ricard, quien es también arzobispo de Burdeos, advirtió que en Francia hay «una secularización completa de la sociedad» y lamentó que para algunas personas «no haya legitimidad ni lugar para una manifestación de la religión en el espacio público».
El arzobispo invitó en particular a los obispos a estar atentos ante la expresión «escuela pública, santuario de la República», pues implica el que «las religiones se queden a la puerta».
Ante el proyecto de ley sobre la homofobia, con el que el actual gobierno pretende imponer severas penas a quienes discriminen o cometan crímenes contra los homosexuales, monseñor Ricard constató que «la ley no precisa qué es la homofobia».
Al mismo tiempo se preguntó si es necesaria una ley de estas características, pues «el código penal es suficiente para sancionar los delitos y los crímenes sobre personas homosexuales».
En este sentido recordó que «la Iglesia siempre ha sostenido el respeto a la dignidad de la persona humana, sea cual sea la situación en que se encuentre».
En este tema como en otros, añadió, «defendemos la posibilidad de la Iglesia católica de expresarse, pero no sólo para ella, sino para todos en una sociedad verdaderamente democrática».
Monseñor Ricard concluyó deseando «que el Señor nos haga obispos plenamente libres para el servicio de Dios y de los hombres».
La Asamblea está constituida por 113 obispos de las diócesis de Francia, más 11 cardenales y obispos eméritos, así como por dos obispos de territorios ultra-mar y por el nuncio apostólico.
También siguen las sesiones 14 obispos de Conferencias Episcopales Extranjeras, los secretarios de los servicios nacionales, los responsables de la Conferencia de Religiosos y Religiosas y representantes de otras confesiones cristianas.