CIUDAD DEL VATICANO, martes, 8 de febrero 2005 (ZENIT.org).- Los divorciados «no están excomulgados» «y no deben sentirse discriminados ni marginados». Son palabras del cardenal que se ocupa de la interpretación de los textos legislativos en el Vaticano, el español Julián Herranz.
El purpurado, que hizo estas afirmaciones el martes durante la rueda de prensa en la que presentó el documento de su Consejo Pontificio para los Textos Legislativos sobre declaraciones de nulidad matrimonial, «Dignitas Connubbii» («La dignidad del matrimonio»), recordó sin embargo que los divorciados que se han vuelto a casar civilmente «son privados de la comunión eucarística».
Esta privación tiene lugar mientras «se dé una situación pública y continua de pecado y la persona no haga nada por mejorar su situación», aclaró el cardenal Herranz.
El purpurado se mostró partidario de incentivar la pastoral de los divorciados y recordó que son «plenamente miembros de la Iglesia».
También el arzobispo Domenico Sorrentino, secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos avaló esta propuesta: «Se habla justamente de una pastoral de los divorciados que atiende a los cristianos que viven en situación de irregular, pero no están excomulgados».
«Se da la urgencia de salir al paso de las personas heridas y que sufren por las infelices vicisitudes matrimoniales, a veces separadas y divorciadas a pesar de ellos», añadió Sorrentino.