Myanmar ha celebrado este domingo unas elecciones que muchos han calificado de históricas. Eran los primeros comicios relativamente libres desde 1990, y la participación, según las primeras informaciones, ha sido muy alta.
Los datos preliminares, indican los medios locales, apuntan que aproximadamente un 80 por ciento de los votantes acudieron este domingo a las urnas. El partido favorito, la Liga Nacional para la Democracia (NLD) de la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, asegura haber obtenido el 70 por ciento de los votos según sus sondeos. La formación necesita ganar al menos el 67 por ciento de los votos para poder arrebatar el Gobierno al Partido de la Unión para la Democracia y el Progreso (USDP), heredero de la antigua junta militar. Aún así, el ejército birmano tiene garantizado un 25 por ciento de los asientos en el Parlamento.
Estas elecciones han ocupado gran atención a nivel internacional por tratarse de las primeras elecciones libres después de un cuarto de siglo. También el periódico del Vaticano, el Osservatore Romano, explica hoy que el futuro presidente –que no podrá ser Suu Kyi porque la ley impide a quien está casada o es madre de ciudadanos extranjeros convertirse en jefe de Estado– elegirá después el Ejecutivo, en el cual algunos ministerios claves (Defensa, Interior, Exterior) serán elegidos entre los generales del ejército.
El actual presidente, Thein Sein, prometió reconocer los resultados de las elecciones. Aunque muchos temen que el gobierno manipule los números o los militares den un golpe de Estado. Sein lidera un gobierno civil compuesto por antiguos militares desde 2011, tras unos comicios considerados fraudulentos.
