Miles de peregrinos del Movimiento de Schoenstatt, presentes en Roma por el centenario de su fundación, participaron este domingo en la Basílica de San Pedro, a la misa presidida por el cardenal Francisco Javier Errazuriz.
Ayer sábado fue el encuentro en el Aula Pablo VI, de poco más de una hora y media, del movimiento con el Santo Padre, durante el cual respondió a cinco preguntas: la familia y el sacramento del matrimonio; María como modelo de educadora; los jóvenes y la misión; los problemas de la sociedad de hoy; y la Iglesia. El Papa también confió a los miles de fieles allí presentes, tener en su mesa de luz una imagen de la Virgen María bajo la invocación de Schoenstatt, que le regaló un sacerdote del movimiento, y que todos los días cuando se levanta la toca y le reza.
En su homilía en la Basílica de San Pedro, el cardenal Errazuriz indicó: “Llegamos a esta grandiosa basílica que es nuestra casa, después de haber vivido jornadas inolvidables. Hemos celebrado simultáneamente los cien años del santuario original; cien años de alianza con la Madre tres veces admirable de Schoenstatt; cien años de nuestra familia; cien años de la espiritualidad que nos une y que alimenta nuestro encuentro con Cristo, con el Padre de los cielos, con el Espíritu Santo y entre nosotros, como nuestra fidelidad a la familia de Dios y nuestra vocación misionera. También hemos celebrados cien años del paso audaz del siervo de Dios, padre josé Kentenich, que lo convirtió en nuestro padre y fundador”.
El purpurado chileno recordó también que el Papa Francisco manifestó su gran esperanza en que sean “un movimiento de renovación que irradia la alegría del evangelio y que acepta la invitación de Jesús a salir hacia todas las periferias para que los pueblos y todas las personas sean sus discípulos”.
“La alianza con Jesús y con María -concluyó el cardenal- nos une, nos transforma y nos envía. Siempre imploramos en el Santuario la gracia de vivirla como alianza apostólica”.