“El acto sexual es legítimo, querido y bendecido por Dios, y el placer que se deriva contribuye a la alegría de vivir y la estructura de la personalidad sana”, afirmaron, si bien esta “expresión del amor, que en un principio puede ser la pasión, se debe humanizar cada vez más”.
Y añadieron: “las parejas que hacen el amor están expresando con su cuerpo lo que va a sus corazones. Para llegar a la armonía, uno necesita saber para cultivar el deseo e incluso un erotismo sano”.
Los obispos reunidos en el sínodo sobre la familia, escucharon con atención este jueves, a los cónyuges Hermelinda y Arturo, brasileños casados hace 41 años, papás de tres hijos, que pertenecen al Movimiento de los Equipos de Nuestra Señora. Actualmente son responsables en el Movimiento en Brasil, que se encuentra además en 70 países, y tiene 137.200 miembros.
“La manera de manejar la vida sexual –precisaron– es muy importante para humanizar a las personas” y añadieron que “la sexualidad es un factor de la santificación, y ahora tiene que ser salvado del erotismo enfermo que reduce al ser humano a una sola dimensión”.
“La pareja no es fructífera, sólo porque genera a los hijos, sino porque se ama y amando se abre a la vida” dijeron, si bien reconocieron que “razones justificadas, los esposos pueden querer espaciar el nacimiento de los niños, buscando una maternidad y paternidad responsable”. Y precisan que “la continencia periódica y la regulación de la natalidad basado en la auto observación se ajustan a los criterios objetivos de moralidad”.
“Dada la gravedad del entorno en el que nos encontramos –reconocieron– debemos admitir sin miedo que muchas parejas católicas, incluso aquellos que seriamente buscan vivir su matrimonio, no se sienten obligados a usar sólo métodos naturales». Y añadieron que «por lo general no son cuestionadas por los confesores”.
La pareja brasileña aseguró, basada en su experiencia, que los métodos naturales son buenos, “sin embargo, en la cultura actual parecen carentes de sentido práctico. Parejas, especialmente los jóvenes, viven un ritmo de vida que no les permite practicar estos métodos, ya que toma tiempo para la formación, y el tiempo es un bien escaso en el mundo en el que vivimos”. Además el método natural se explica superficialmente y por lo tanto “es mal utilizado y se gana la reputación injusta de ser inseguro y por lo tanto, a menudo, ineficiente”. Reconocieron “que no es seguido por la mayoría de las parejas católicas” que en general aceptan el uso de otros anticonceptivos y no lo consideran como un problema moral.
Indicaron también que “las relaciones sexuales están orientados a la transmisión de la vida, pero también al servicio del amor conyugal”. Y citaron un tema tratado realizado por el ENS: «La evangelización de la sexualidad” que indica la disparidad entre la doctrina moral y la praxis de la pareja.
Concluyeron pidiendo que se dé a los fieles las grandes líneas de una pedagogía pastoral que ayude a observar los principios indicados por la Humanae Vitae, a través de una guía segura y sencilla que responda a las exigencias del mundo de hoy.