Duodécimo de trece hijos, se quedó huérfano de madre a los tres años. Al año de su nombramiento como arzobispo, el 19 de noviembre de 1990, en Bosnia comenzaron los combates. Durante el asedio de Sarajevo se distinguió por sus valientes llamamientos de paz a la comunidad internacional y la defensa de los derechos inalienables de la persona. Arriesgó su vida, fue prisionero por doce horas de los militares serbios. Como signo de cercanía a la población golpeada por el conflicto armado, fue creado cardenal por Juan Pablo II en el Consistorio de 26 de noviembre de 1994, a los 49 años. Es el primer cardenal bosnio de la historia, entre sus cargos está el de miembro de la Comisión internacional de investigación sobre Medjugorje.
Proponemos a continuación el texto de la entrevista concedida a ZENIT.
Eminencia, ¿cómo ha conocido la Renovación Carismática Católica?
–Card. Puljić: No conocía la RCC. No hay grupos de RCC en Bosnia-Herzegovina. En el ámbito del Sínodo de la Nueva Evangelización, Salvatore Martinez, estaba conmigo en el mismo círculo menor. Me ha hablado de la RCC y me ha invitado a Rímini. «Está bien –le contesté–, os quiero conocer». En mi país hay pocas expresiones de movimientos, porque durante el comunismo estaba prohibido, después de la guerra la situación era difícil, ahora queremos favorecer el florecer de estos grupos
¿Cuáles han sido las reacciones en su país a la elección del papa Francisco? ¿cuáles los comentarios de los musulmanes?
–Card. Puljić: Me quedé impresionado y admirado por las reacciones a la elección del papa Francisco. En Bosnia-Herzegovina todos los medios de comunicación de masas, sobre todo la televisión siguieron con atención el cónclave y la proclamación del pontífice. Un gran entusiasmo también entre los periodistas musulmanes que exclamaron: «qué gran hombre», la gente piensa que «muchas energías positivas vienen de esta elección». El santo padre el Jueves Santo lavó los pies también a un chico y una chica musulmanes. Este fue un signo de amor, quería dar un signo fuerte de amor, lo mismo que Jesús lo dio a los apóstoles.
¿Qué tendría que hacer Europa para ayudar a la paz y el desarrollo de Bosnia-Herzegovina?
—Card. Puljić: Cuando falta la igualdad de derechos es muy difícil establecer una paz duradera. Yo vivo en Sarajevo, he pedido autorización para construir una iglesia. Después de 14 años no he recibido todavía el permiso. Cuando hay problemas con otras religiones la comunidad internacional interviene, pero cuando se trata de los católicos, no hay la misma diligencia. Pienso que Europa debería escuchar nuestros problemas y ayudarnos a crear una condición de normalidad. Donde hay paridad de derechos hay paz. Veo una cierta lentitud de Europa. La Unión Europea debería ayudarnos a buscar favorecer el desarrollo. En mi país el 46% de la población está sin trabajo. Es un problema muy grave, sobre todo para los jóvenes, que emigran, y un país sin jóvenes no tiene futuro. Es muy importante dar ayuda para el desarrollo, favoreciendo las actividades laborales. Es importante también reparar los daños de la guerra. Es fácil reconstruir las casas destruidas por la guerra, más difícil es sanar las heridas en el corazón de las personas.
¿Es verdad que usted lleva la cruz hecha de astillas de una granada?
—Card. Puljić: Sí. No es la que llevo ahora, pero la recibí en 1994, como memoria de mis sacerdotes, una cruz con cinco astillas de granada, y son como las cinco heridas, los cinco dolores de Jesús en la cruz.
A la pregunta sobre que sucederá con Medjugorje, el cardenal Puljić, que es miembro de la comisión internacional que esta examinando el caso, ha dicho que no puede decir nada y ha asegurado que él reza a María.