Altar de día de muertos. Foto:Archivo

¿Por qué en noviembre se ofrecen misas por los muertos? La aparición que hizo nacer el octaviario de misas por los difuntos

La Iglesia católica estableció el día 1 de noviembre para celebrar, con rango de solemnidad, la fiesta de “todos los santos”, mientras que al día 2 de noviembre dedica la memoria litúrgica de “los fieles difuntos”.

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(ZENIT Noticias, 02.02.2021).- La Iglesia católica estableció el día 1 de noviembre para celebrar, con rango de solemnidad, la fiesta de “todos los santos”, mientras que al día 2 de noviembre dedica la memoria litúrgica de “los fieles difuntos”.

Es en torno a los ocho días posteriores al 1 de noviembre que muchas personas, de un modo más destacado, acuden a las iglesias para pedir una octava de misas por sus difuntos. También lo suelen hacer las familias los ocho días sucesivos al fallecimiento de un ser querido. ¿Por qué sucede así?

El octaviario de misas por los difuntos es una antigua costumbre que consiste, como su nombre lo dice, en sufragar por las almas del purgatorio, durante ocho días seguidos, oraciones, obras de caridad y, sobre todo, la santa misa.

El origen se atribuye a San Nicolás de Tolentino, fraile agustino que vivió en el s. XIII. Se dice que una noche se encontraba en un convento agustino en Pesaro, Italia, y mientras dormía escuchó una voz que lo llamaba, lamentándose: “Hermano Nicolás, hombre de Dios, mírame. Soy fray Pellegrino de Osimo, que has conocido en vida. Estoy atormentado en estas llamas. Dios, aceptando mi contrición, no me ha condenado a la pena eterna sino, por misericordia, a la pena del Purgatorio. Te ruego humildemente celebrar la misa por los difuntos para liberarme de estas llamas”.

Nicolás le contestó: “Hermano, te ayuda mi Salvador por cuya sangre has sido salvado; yo estoy encargado de celebrar la misa conventual, sobre todo mañana que es domingo, y se debe respetar el rito litúrgico, no puedo celebrar la misa por los difuntos”.

Y fray Pellegrino le contestó: “Ven, venerado padre, ven y considera si te parece conveniente rechazar sin piedad la petición de tanta mísera gente que me ha enviado”. Y le mostró la llanura de la ciudad de Pesaro llena de almas del purgatorio. Y entonces agregó: “Ten piedad, Padre, de una multitud así de miserable que espera tu ayuda tan valiosa. De hecho, si quieres celebrar por nosotros, la mayor parte de nosotros quedará liberado de estos atroces tormentos”.

Despertándose, Nicolás comenzó a orar y después pidió el permiso al prior de celebrar toda la semana la misa por las almas del purgatorio. Transcurrida esa semana, fray Pellegrino se le apareció de nuevo, agradeciéndole por haberlo sacado del purgatorio y refiriéndole que gran parte de las personas que había visto en sueños en la llanura de Pesaro ya gozaban de la Gloria de Dios.

Las indulgencias

Durante el octaviario la Iglesia nos propone sufragar para las almas del purgatorio también la práctica de las indulgencias. Estas obtienen la remisión de la pena temporal debida a los pecados.

Toda culpa, incluso después del perdón por medio de la confesión sacramental, deja como una “deuda” a reparar por el mal cometido. La Iglesia, sacando de sus tesoros espirituales, constituidos por la oración de los santos y por las obras buenas de los fieles cristianos, las ofrece a Dios para que Él condone a las almas de los difuntos esa pena que de otro modo deberá transcurrir en el purgatorio.

Condiciones para la indulgencia plenaria

Podemos obtener a favor de las almas del purgatorio la indulgencia plenaria una sola vez por día. En el contexto del 1 de noviembre, ordinariamente basta con visitar una iglesia y rezar ahí Credo y el Padre Nuestro.

Las tres condiciones para que la obtener esa indulgencia son:

1) Confesión sacramental: en los días anteriores o previos al acto por el cual se busca la indulgencia

2) Comunión eucarística

3) Oración por las intenciones del Papa (se trata de un Padre Nuestro y un Ave María)

La misma facultad y las mismas condiciones son concedidas del 1 al 8 de noviembre, ordinariamente, a los católicos que devotamente visiten el cementerio y mentalmente recen por los fieles difuntos.

Dada la situación extraordinaria de pandemia, el Papa a través de la Penitenciaria Apostólica extendió la posibilidad de lucrar estas indulgencias del 1 de noviembre y de los ochos primeros días del mes a todo noviembre.

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Jorge Enrique Mújica

Licenciado en filosofía por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, de Roma, y “veterano” colaborador de medios impresos y digitales sobre argumentos religiosos y de comunicación. En la cuenta de Twitter: https://twitter.com/web_pastor, habla de Dios e internet y Church and media: evangelidigitalización."

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