El papa Francisco fue acompañado por decenas de jóvenes peregrinos de Líbano en las estaciones del Vía Crucis que se celebra cada año en el Coliseo.
La juventud del Líbano recibió la invitación del papa Benedicto XVI para participar este año en las Estaciones de la Cruz –o Vía Crucis- después de la visita apostólica del santo padre al Líbano, y les invitó a escribir las meditaciones para el evento. Una delegación de 45 jóvenes libaneses han venido a Roma en peregrinación para el Vía Crucis del viernes por la noche con el papa Francisco.
El padre Toufic bou Hadir, coordinador de la Oficina de Juventud en la Iglesia católica maronita del Líbano, dijo a ZENIT que estas meditaciones del Vía Crucis representan a los jóvenes libaneses en todos los sectores de la vida: discapacitados, seminaristas y religiosos, jóvenes de ovimientos apostólicos, que participan en el diálogo ecuménico e interreligioso o estudiantes universitarios. También incorpora pasajes de la Biblia, así como de la exhortación apostólica Ecclesia in Medio Oriente y otras cartas apostólicas.
El padre Hadir relató cómo las meditaciones fueron presentados al Vaticano para su revisión el 10 de febrero, un día antes de que el papa emérito Benedicto XVI anunciara su renuncia.
Dijo que, a pesar de que estaban decepcionados porque Benedicto XVI no estaría presente, tenían esperanza «porque el Señor, como dijo Benedicto XVI, es el capitán de la Iglesia. Él nunca la dejará caer».
«Cuando el papa Francisco fue elegido nos llenó de alegría y esperanza», dijo y señaló cómo, en cierto modo, «fueron los jóvenes libaneses el puente entre Benedicto XVI y su sucesor».
Al escribir las meditaciones Vía Crucis, continuó el padre Hadir, incorporaron todo el sufrimiento de Oriente Medio: «todos los mártires y víctimas, todas las discriminaciones, toda la esperanza de la juventud, todos los problemas de la juventud».
Estas meditaciones, sin embargo, «no son sólo para oriente y los libaneses: son universales. Pusimos mucho cuidado y la profundidad oriental espiritual en estas oraciones, y ahora unimos esta oración a la pasión y el sufrimiento de Jesús, nuestro Señor, y con la oración de la comunión, para ayudarnos a llegar a la Resurrección».
En una región que lucha por una nueva «primavera», el padre Hadir dijo que su esperanza es que estas oraciones sirvan como recordatorio de que «la única primavera que viene es la primavera que brilla en el camino de la cruz, el camino de la oración, el camino de la fe, la llegada de la primavera de resurrección y la primavera de la esperanza».
Tony El Chayeb es miembro de uno de los movimientos de Líbano invitados a participar en el Vía Crucis. A su grupo se le pidió realizar la meditación para la X estación, que reflexiona sobre las vestiduras que le quitan a Jesús.
«Sentimos que, en realidad, Dios nos invita a reflexionar en serio el mensaje para todo el mundo –dijo–. Todos los jóvenes sentían que esto era una gran responsabilidad, como una misión. Era su oportunidad de expresar la fe, la comunión con el mundo entero».
«Creemos que entre los jóvenes hay una esperanza nueva. Puedes ver a muchos de ellos que no están realmente interesados en la política, y no esperan nada de los políticos…. Pero por otro lado, Cristo está ahí. Tenemos también vida entre los jóvenes y esto se está extendiendo».
Observó cómo la visita apostólica del papa Benedicto XVI fue muy importante para el pueblo de Líbano. «Antes de la visita, decían ‘tenemos que escapar’, pero después dijeron ‘esta es nuestra misión. Y necesitamos a toda la Iglesia para que nos apoye y estar en comunión entre nosotros para esta misión, no para escapar de nuestra cruz. A continuación, tendrá lugar la Resurrección'».
Traducido de la edición en inglés de ZENIT por Rocío Lancho García