A pesar de las precarias condiciones de salud denunciadas por su marido, Meriam Yahya Ibrahim ha dado a luz en la enfermería de la cárcel a una niña, su segundo hijo. Así lo han explicado sus abogados en el diario Telegraph. La joven sudanesa de 27 años fue detenida el pasado mes de febrero, condenada a cien latigazos por adúltera y a la horca por no renunciar a su fe cristiana.
Sus abogados han pedido que Meriam pueda ahora ser visitada por un médico de confianza. En los días pasados su marido, Daniel Wani, había explicado que la mujer estaba encadenada a pesar del embarazo.
Su condena a muerte fue impuesta el pasado 15 de mayo por un juez que no ha reconocido su matrimonio con un hombre cristiano. El tribunal se ha basado en la interpretación de la sharia, la ley introducida en Sudán en 1983, que prohibe a una musulmana casarse con un musulmán (mientras que al contrario sí es consentido). Meriam se crió solamente con su padre, en la fe cristiana, ya que el padre –que sí era musulmán.- no estuvo presente durante su infancia.
La semana pasada, la organización sin ánimo de lucro Justice Centre Sudan, que se está haciendo cargo de los gastos legales de Meriam, manifestó la sospecha que podría haber una motivación puramente económica detrás de la denuncia. «Creemos que los familiares han presentado la denuncia porque quiere tomar el control de sus negocios», han indicado. «Si Meriam se queda en la cárcel podría perder todo y los parientes serían los primeros en beneficiarse», explicaron.