La Conferencia Episcopal Argentina en el documento «Felices los que trabajan por la paz», publicado este 8 de mayo denunció el clima de violencia que existe en el país e invitaron a no acostumbrase al mismo.
El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de Argentina, monseñor Jorge Lozano, al comentar el documento dijo: “Planteamos como preocupación que la sociedad está pasando un tiempo de enfermedad y violencia, que se manifiesta tanto en el destrato verbal, los insultos, la violencia doméstica, la violencia escolar y distintas situaciones a las que muchas veces nos hemos acostumbrado: gente durmiendo en la calle, niños pidiendo monedas en los semáforos, familias sin vivienda, maltrato a los migrantes y otros tantos casos que se suman a las situaciones de delitos”.
Por su parte la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al encabezar este sábado 10 un acto en el barrio porteño de Retiro por el 40 aniversario del asesinato del sacerdote Carlos Mugica, indicó que al mismo “le tocó vivir de joven en una Argentina donde se dirimieron las cosas a los tiros, con bombardeos y con muertos, en una Argentina violenta en serio». Y dijo: «Miré la tapa de los diarios y vi que alguien resumía o decía que hoy la Argentina es una Argentina violenta y me di cuenta que querían reeditar viejos enfrenamientos», expresó la presidenta.
Las palabras fueron interpretadas como un cruce de opiniones con lo dicho poco antes por los obispos argentinos.
En el acto la presidenta inauguró una escultura de hierro del sacerdote Mugica, que trabajaba en la villa 31 y que fue asesinado en 1974 por el grupo paramilitar Triple A, fundado por López Rega, ministro de la tercera presidencia de Juan Domingo Perón y de su vice, Isabel Martinez de Perón.
Por su parte el vocero del Episcopado, presbítero Jorge Oesterheld, precisó siempre ayer que el documento “Felices los que trabajan por la paz”, se refiere a la violencia, no a la inseguridad, y a las causas de la violencia, entre ellas la corrupción, la mentira, las demoras de la Justicia y los problemas de las cárceles, hechos que generan un clima de violencia, a que uno no debe acostumbrase.
Precisó que no está dirigido a nadie en particular sino “a la clase dirigente”, que “a veces no está a la altura de las circunstancias”. Añadió que la confrontación con fines políticos genera más violencia, especialmente ante la mentira”, porque “si uno siente que le mienten todo el día, si mienten el Gobierno, los políticos, los medios de comunicación, todo eso genera violencia”.