LIMA, lunes 9 julio 2012 (ZENIT.org).- El arzobispo de Trujillo, monseñor Miguel Cabrejos, aceptó este 6 de julio ser el mediador en el conflicto minero en la región de Cajamarca, en el norte de Perú, donde cinco personas murieron esta semana en enfrentamientos con la Policía.
«La Iglesia utiliza la palabra facilitador y siempre está dispuesta a contribuir a la paz, pacificación y a la vida. He comunicado a la Conferencia Episcopal y están totalmente de acuerdo en este pedido para que asuma este rol», declaró monseñor Cabrejos al Canal N de la televisión local.
El arzobispo señaló que el ministro de Justicia, Juan Jiménez, le envió una carta formal con el pedido, lo que se sumó a la convocatoria que le hizo hoy el presidente Ollanta Humala en el mismo canal de televisión.
En el documento, Jiménez señala que es deber del Ejecutivo «buscar la forma más adecuada para la solución de los problemas, lejos de enfrentamientos absurdos y poniendo por encima de todo la vida humana y la búsqueda de su desarrollo integral».
«Mucho agradeceré a usted pueda propiciar, en su calidad de pastor de la Iglesia, caminos de entendimiento para lograr la ansiada paz que todos los peruanos y peruanas queremos para Cajamarca y nuestro país», indica la misiva de ministro.
Monseñor Cabrejos dijo que su misión no será sencilla, pero que tenía experiencia en estas tareas porque «le tocó participar en el fenómeno de Bagua, Quillabamba y Espinar», lugares donde se registraron violentos conflictos sociales. «Eso me ha dado cierta visión de la problemática del Perú», aseguró.
El prelado llamó «a la serenidad, la paz y el dialogo» y «a calmar los ánimos de una y otra parte», porque, enfatizó, la violencia no conduce a nada.
Los pobladores de Cajamarca se encuentran en huelga desde hace más de 30 días en protesta por el proyecto minero Conga, de la empresa Yanacocha, que prevé una inversión de 4.800 dólares, por temor a que contamine de forma irremediable sus reservas de agua.
Las provincias de Cajamarca, Hualgayoc y Celendín se encuentran en estado de emergencia (excepción) por 30 días y hoy permanecían en una relativa calma y sin movilizaciones.
El gobierno expresó conformidad con la ejecución de Conga después de que Yanacocha aparentemente aceptara las nuevas condiciones que impuso el presidente Ollanta Humala para su funcionamiento.
Entre los requisitos figura mantener dos de las cuatro lagunas que se planeaba desecar para extraer oro y cobre, cuadruplicar las reservas de agua, crear un fondo social y diez mil puestos de trabajo.