NUEVA DELHI, jueves 31 de marzo 2011 (ZENIT.org).- Un sacerdote católico fue agredido en la noche del martes al miércoles pasado, en el estado de Madhya Pradesh, en la India central.
El padre Sebastián Kaiparambil, de 45 años, residente en Badwha, en la diócesis de Khandwa, fue golpeado y gravemente herido.
Como han referido fuentes locales a la agencia vaticana Fides, el sacerdote estaba durmiendo cuando tres personas se introdujeron en su habitación, lo golpearon y huyeron robando casi 50.000 rupias.
El padre Kaiparambil, párroco de la iglesia de la iglesia de Santa María y responsable de la escuela anexa, está ahora hospitalizado para curarse las heridas y los hematomas.
La policía ha abierto una investigación, pero por ahora no se han hecho públicos los motivos de la agresión, ni se ha mencionado la posibilidad de que haya sido perpetrada por militantes fundamentalistas hindúes.
Según contó el padre Sebastián, los criminales le pidieron unos “documentos” sin especificar cuales.
El obispo local, monseñor Sebastián Durairj, condenó el acto y recordó que el sacerdote “es un misionero muy activo, que tiene muy buena relación con la gente”.
Después de este grave episodio, monseñor Leo Cornelio, arzobispo de Bhopal y presidente del Consejo de los obispos del Madhya Pradesh, envió un memorándum al Primer Ministro del Estado, informando, con preocupación, de la agresión sufrida por el padre Kaiparambil.
En el memorándum, el arzobispo informaba, también, de la destrucción de la iglesia ortodoxa de rito siro-malankar, de Santa María en Poddivatuvialla, en el estado de Kerala, en el sur de la India. El templo fue incendiado por desconocidos el pasado 23 de marzo.
En la diócesis de Jhabua, siempre en Madhya Pradesh, algunos extremistas hindúes detuvieron un vehículo que transportaba las estatuas para las estaciones del Vía Crucis de una parroquia católica de Jhapadra, y las destruyeron.
“Estos episodios demuestran que el extremismo hindú está presente, se ha difundido por todas partes y es un problema que debe ser tomado en serio”, comentaron unas fuentes a Fides.
“Los cristianos, como el resto de ciudadanos hindúes, deben ser capaces de disfrutar de sus derechos y de total libertad religiosa”.