CIUDAD DEL VATICANO, domingo 11 de octubre de 2009 (ZENIT.org) .- Publicamos las palabras que dirigió Benedicto XVI este domingo al concluir la misa de canonización de cinco nuevos beatos (Zygmunt Szczesny Felinski, Francisco Coll y Guitart, Jozef Daamian de Veuster, Rafael Arnáiz Barón y Marie de la Croix –Jeanne– Jugan), cuando se disponía a introducir la oración mariana del Ángelus.
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Al final de esta solemne celebración, el mediodía nos invita a la oración del Ángelus. Antes de rezarlo, deseo dirigir un cordial saludo a todos vosotros, que habéis querido, con vuestra fervorosa participación rendir homenaje a los nuevos santos. Dirijo un saludo particular a las autoridades con las delegaciones oficiales venidas de diferentes países: os doy las gracias por vuestra presencia.
[En francés]
Saludo con gusto a los peregrinos francófonos que han venido con motivo de las canonizaciones. Siguiendo el ejemplo de la santa Jeanne Jugan, os invito a preocuparos por los más pobres y más pequeños, los heridos de la vida y los marginados de nuestras sociedades sobre todo con motivo de la Jornada Mundial del Rechazo de la Miseria, que se celebrará en unos días. Recordando al santo padre Damián, os pido que os comprometáis al mismo tiempo en apoyar con vuestra oración y obras a las personas entregadas con generosidad en la lucha contra la lepra y contra las demás formas de lepra debidas a la falta de amor por ignorancia y cobardía. Que vuestra oración acompañe las sesiones de trabajo del segundo Sínodo de África. ¡Que Dios os bendiga a todos!
[En inglés]
Extiendo mis cordiales saludos a todos los peregrinos de habla inglesa presentes aquí en este domingo, en especial a los que han venido a Roma en gran número con motivo de la canonización de hoy. Que estos nuevos santos os acompañen con sus oraciones y os inspiren con el ejemplo de sus vidas santas. Saludo también a un grupo de supervivientes de los ataques nucleares de Hiroshima y Nagasaki, y rezo para que el mundo nunca más sea testigo de la destrucción masiva de vidas humanas inocentes. Que Dios os bendiga a todos vosotros, así como a vuestras familias y seres queridos en sus casas.
[En alemán]
Dirijo un saludo cordial a los peregrinos de habla alemana y saludo especialmente a los sacerdotes recién ordenados del Colegio Germanicum con sus huéspedes. ¡Que el Señor les dé valentía y la fuerza en su ministerio! Tomemos a los nuevos santos como modelos para nuestras vidas. Entre ellos se encuentra el santo sumamente querido en Alemania, el padre Damián, quien vivió entre los leprosos en la isla hawaiana de Molokai, y, finalmente con ellos sufrió la peste destructora. Por otra parte, invocamos la intercesión del santo obispo Zygmunt Szczesny Felinski, de los santos religiosos Francisco Coll y Guitart, Rafael Arnáiz Barón y Marie de la Croix Jugan, para que Dios nos dé también hoy muchas vocaciones religiosas. Que el Señor os acompañe a todos con su gracia.
[En español]
Dirijo un caluroso saludo a los peregrinos del lengua española, en particular a los que han participado en esta gozosa ceremonia de canonización, en especial a los señores cardenales, arzobispos y obispos que han venido con ellos de España, tierra tan fecunda en frutos de santidad. El dominico san Francisco Coll, con su entrega sacerdotal y misionera, y el trapense san Rafael Arnáiz Barón, con su alma enteramente contemplativa, ambos fervientes devotos de la Virgen María, hacen honor a la mejor tradición religiosa y a las profundas raíces cristianas de su pueblo. Que el ejemplo y la intercesión de estos nuevos Santos avive en todos, y particularmente en las Dominicas de la Anunciata, en la Orden de Predicadores y en los monjes Trapenses, el compromiso de seguir generosa y desinteresadamente a Cristo, según la propia vocación, dando testimonio de su Evangelio en la sociedad de hoy. Saludo también a los grupos procedentes de Colombia y otros países latinoamericanos.
[En flamenco]
Saludo a los peregrinos de lengua flamenca, que han venido a Roma para unirse a la acción de gracias de la Iglesia por la canonización del padre Damián. Consagrado al Corazón de Jesús y de María, este santo sacerdote se dejó guiar por Dios para que pudiera florecer su vocación con un «sí» total. Que la intercesión de Nuestra Señora y el apostolado de los leprosos libere al mundo de la lepra, haga que seamos acogedores del amor de Dios, y nos dé entusiasmo y alegría en el servicio de nuestros hermanos y hermanas. Os imparto mi bendición apostólica.
[En polaco]
Saludo cordialmente a los fieles que han venido de Polonia, con los cardenales, los arzobispos y los obispos. Saludo a todos los polacos, que celebran hoy la tradicional jornada del Papa, deseando que se alegren con el don de un nuevo santo: Zygmunt Szczesny Felinski. Encomiendo a su protección la Iglesia en Polonia y toda la nación. ¡Que Dios os bendiga!
[En italiano]
Queridos hermanos y hermanas, la Virgen María es la estrella que orienta todo camino de santidad. Su «fiat» es modelo de adhesión perfecta a la voluntad divina y su «magnificat» expresa el canto de júbilo de la Iglesia, que ya en esta tierra goza por las grandes obras de Dios y en el cielo alaba eternamente su gloria. Nos dirigimos a la Madre de Cristo con confianza filial, invocando por su intercesión y la de los nuevos santos, paz y salvación.
[Traducción de Jesús Colina
© Copyright 2009 – Libreria Editrice Vaticana]