CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 14 junio 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha pedido a la conferencia que ha convocado la Organización de las Naciones Unidas para ofrecer respuestas a la crisis económica y financiera que tome decisiones valientes que acaben con el «inaceptable» escándalo del hambre.
Asimismo, el pontífice ha pedido que la cumbre, que se celebrará del 24 al 26 de junio en Nueva York promueva la lucha a la pobreza con «una justa distribución del poder de decisión y de los recursos».
Antes de despedirse de los miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa subrayó la importancia de ese encuentro que, como dice un comunicado de las Naciones Unidas, busca «analizar la peor crisis económica que ha vivido el mundo desde la Gran Depresión».
Según la ONU, «el objetivo es determinar respuestas de emergencia y de largo plazo para mitigar los efectos de la crisis, especialmente en las poblaciones vulnerables, e iniciar un necesario diálogo sobre la transformación de la arquitectura financiera internacional, teniendo en cuenta las necesidades y preocupaciones de todos los Estados miembros».
Después de rezar el Ángelus desde la ventana de su estudio, el Papa invocó «sobre los participantes en la Conferencia, así como sobre los responsables de la cosa pública y de los destinos del planeta el espíritu de sabiduría y de solidaridad humana para que la actual crisis se transforme en una oportunidad capaz de favorecer una mayor atención por la dignidad de toda persona humana y de promover una justa distribución del poder de decisión y de los recursos, prestando particular atención al número por desgracia siempre en aumento de los pobres».
En el día en el que en muchos países se celebraba la festa del Corpus Domini, «Pan de la vida», el Papa recordó «a los centenares de millones de personas que sufren a causa del hambre».
«Es una realidad absolutamente inaceptable, que no logra redimensionarse a pesar de los esfuerzos de las últimas décadas», afirmó.
El Papa concluyó deseando que, «con motivo de la próxima Conferencia de la ONU y en las instituciones internacionales se asuman medidas compartidas por toda la comunidad internacional y se realicen esas opciones estratégicas, que en ocasiones no son fáciles de aceptar pero que son necesarias para asegurar a todos, en el presente y en el futuro, los alimentos fundamentales y una vida digna».