Se extiende la introducción de la forma extraordinaria del rito de la misa

Se constata que esta liturgia exige también “un interés y una preparación

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CIUDAD DE MÉXICO, jueves, 6 noviembre 2008 (ZENIT.org).- Dos hechos recientes muestran que poco a poco la celebración del rito extraordinario de la Misa (según el Misal de Juan XXIII precedente al Concilio Vaticano II) está extendiéndose en la Iglesia, aunque sus promotores reconocen que esto exige ante todo un esfuerzo de formación entre sacerdotes y fieles.

Los hechos han sido compartidos a Zenit por Pedro Rodríguez Ocampo, de la Amistad Sacerdotal Summorum Pontificum. El primero queda recogido en un mensaje del capellán para México de la Fraternidad Sacerdotal San Pedro, el padre Francisco Prosinger fssp. El segundo, es la misiva del padre Vicenzo Nuara op, de la Amistad Sacerdotal «Summorum pontificum cura».

El mensaje del capellán mexicano está dirigido a los miembros de la Fraternidad Sacerdotal San Pedro y de la forma extraordinaria del rito Romano en Guadalajara y en México. Explica que, el pasado 2 de septiembre, el vicario episcopal de la arquidiócesis de Guadalajara, monseñor Francisco Casillas Navarro, entregó la Capellanía de San Pedro Apóstol a la Fraternidad Sacerdotal San Pedro.

El día 30 del mismo septiembre, el cardenal Juan Sandoval Íñiguez nombró capellán al padre Nuara y al padre Jonathan Romanoski capellán auxiliar de San Pedro Apóstol.

La decisión, informa, «corresponde a una iniciativa del Santo Padre, Benedicto XVI, el cual hace un año, en la fiesta de la exaltación de la Santa Cruz, dio un derecho universal a la forma anterior del rito Romano, ahora llamada ‘forma extraordinaria'».

Esto, explica, «con el deseo de que más fieles puedan aprovechar la riqueza de esta milenaria tradición litúrgica, que ha formado muchas generaciones con tantos frutos de santidad».

Es verdad, reconoce, «que esta liturgia exige también un interés y una preparación ‘extraordinaria’, y que la mayoría de los fieles seguirán asistiendo a la forma ordinaria».

Y exhorta: «Nos tiene que unir la misma orientación de ofrecer el sacrificio del Señor en unión con toda la Santa Iglesia. La intención del Papa al elaborar este Motu Propio Summorum Pontificum es de superar una interpretación y aplicación equivocada de rotura con la tradición. Contra esta tendencia propone una ‘hermenéutica de continuidad’, es decir de enfocar en las formas diferentes la unidad debida por el testamento del Señor en la institución del sacramento de su cuerpo entregado y su sangre derramada por nosotros: para que sea también nuestro sacrificio, ofrecido al Padre en los cielos».

Es un reto especial, advierte el capellán, «que el señor cardenal ha confiado a nosotros con la Capellanía de San Pedro Apóstol, una parte de la parroquia de la Paz».

En otros apostolados, la Capellanía atiende «sólo a los fieles que vienen precisamente para encontrar el rito antiguo, ya sea en capillas aparte del sistema parroquial, o en iglesias parroquiales, que nos prestan su templo en horas libres. Aquí en cambio atendemos a todos los feligreses que habitan alrededor de nuestro templo»

Aunque las prescripciones del Misal de 1962 fijan un marco bien definido, añade el capellán de San Pedro, hay diversas posibilidades de aplicación según diversas situaciones pastorales.

Y ofrece algunos consejos prácticos: «En la madrugada puede ser mas conveniente guardar el silencio profundo, el cual unos cuantos fieles saben llenar con la meditación de este misterio Eucarístico inefable (cf Ef 3,18s) y con el gran ofrecimiento de la Iglesia en todos sus miembros e intenciones».

Por la tarde, «puede ser mejor para apagar las preocupaciones diarias una participación activa, también en el sentido externo, dando las respuestas y siguiendo las oraciones en voz alta».

Y recuerda que «también la tradición de cantar cantos verdaderamente religiosos en su lengua materna existe en el marco del rito antiguo».

Aunque, explica, «nuestra orientación de una pastoral litúrgica conduce a la capacidad de seguir una Misa solemne con el canto Gregoriano, el cual constituye una riqueza muy especial de la liturgia Romana». En este sentido, la Capellanía cuenta con un cantor especializado en música sacra.

Y concluye exhortando a que cada participación se realice «conforme a lo que explica el Santo Padre Pío: en la Santa Misa estamos con la Madre Dolorosa juntos al pie de la Santa Cruz. No se trata sólo de celebrar un rito y gozar unos adornos. La ‘sobria ebrietas’ del rito Romano, un entusiasmo discreto, la belleza de todas sus formas sirve precisamente para conducirnos al encuentro con aquel, que quiere atraernos a todos desde su exaltación en la Santa Cruz. Aquí se realiza el misterio pascual, la transformación de nuestra vida a través la muerte salvadora del Señor a la nueva existencia de ser hijos de Dios (cf Jn 1,12). Sólo en esta finalidad nuestro rito extraordinario puede justificar su restitución en la vida de la Iglesia».

Un evento de gracia

La otra carta es del sacerdote italiano Vicenzo Nuara, de la Amistad Sacerdotal «Summorum pontificum cura». Tras pasar un mes del congreso en Roma de «Jóvenes y Tradición», por el primer aniversario del Summorum Pontificum, hace un balance positivo: fue «un evento de gracia, por la pericia de los ponentes y sobre todo por la presencia de tantos sacerdotes, por el clima positivo y propositivo que se creó, todos encaminados al bien de la Iglesia y de las almas».

Y expone la urgencia «de una profundización teológica católica en perfecta obediencia y armonía con el Magisterio pontificio y la Tradición de la Iglesia, de una necesaria reforma de la Liturgia, de la necesidad de una comunión y fraternidad que nos sostengan en nuestro camino y que nos hagan salir de un cierto aislamiento. Por ello, tras el congreso, nació la coordinación ‘Amicizia sacerdotale Summorum Pontificum’ .

Esta iniciativa nació tras crear una coordinación entre los sacerdotes para poder «crecer espiritualmente y caminar juntos, aunque vivamos en lugares diversos y lejanos, todos con los mismos ideales de fondo y dispuestos a renovar en el surco de la Tradición Católica aquellas realidades en las que vivimos, en las que la Voluntad de Dios nos ha colocado para trabajar en su Viña, en espíritu de profunda comunión eclesial».

La «Amicizia Sacerdotale ‘Summorum Pontificum cura'» se propone la formación de obispos, sacerdotes, religiosos y fieles en el uso extraordinario del Rito Latino.

La Comisión Pontificia «Ecclesia Dei» fue instituida por el motu proprio Ecclesia Dei de 2 de julio de 1988 «con la tarea de colaborar con los obispos, dicasterios de la Curia Romama y con los ambientes interesados, con el fin de facilitar la plena comunión eclesial de los sacerdotes, seminaristas, comunidades, y religiosos y religiosas a título individual, hasta ahora en diversos modos vinculados a la Fraternidad fundada por monseñor Marcel Lefèbvre, que desean permanecer unidos al Sucesor de Pedro en la Iglesia Católica».

Para más información: http://fsspmx.org/

Para más información: http://www.ecclesiadei-pontcommissio.org/

     

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ZENIT Staff

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