CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 30 marzo 2008 (ZENIT.org).- Según acaba de informar Caritas Pakistán, tras el ataque con bombas suicidas registrado en Lahore el pasado 11 de marzo y que causó cuantiosos daños en la sede de Caritas en esa ciudad, se ha confirmado la muerte de 14 personas, entre las cuales había escolares de los colegios de San Antonio y del Sagrado Corazón. Los heridos superan los 200.
Entre las víctimas mortales del atentado figuran también un guarda de Caritas Lahore, que quedó sepultado bajo los escombros, y una niña de tan solo tres años de edad, hija del conductor del obispo. Además, una docena de trabajadores de Caritas resultaron gravemente heridos.
«Caritas Pakistán está haciendo una valoración de los daños sufridos por las infraestructuras del complejo de la Iglesia católica en Lahore donde está ubicada su sede y cuyos edificios, según ha confirmado la FIA (Autoridad Federal de Investigación), han sido los más perjudicados por la explosión», informa Caritas.
Caritas Lahore es la mayor y más antigua de todas la Caritas diocesanas de Pakistán, desde la cual se ha dado respuesta humanitaria a numerosas emergencias y desastres naturales, como el devastador terremoto de Cachemira de 2005 y las inundaciones de Punjab y Sindh en 2006.
Tras el atentado, su trabajo al servicio de las comunidades más pobres y vulnerables de la archidiócesis ha quedado seriamente obstaculizado, ya que, aparte del estado de conmoción en el que todavía se encuentran los trabajadores y voluntarios a causa del incidente, las instalaciones de Caritas han quedado prácticamente inutilizadas.
Caritas Pakistán ha enviado a todas las Caritas de la red internacional su agradecimiento por las muestras de solidaridad recibidas tras el atentado, al tiempo que ha solicitado apoyo económico para poder reconstruir cuanto antes sus instalaciones.