Educación para la Ciudadanía pone a España en «situación de emergencia»

Lo constata en Barcelona el presidente de la Asociación Católica de Propagandistas

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BARCELONA, domingo, 30 marzo 2008 (ZENIT.org).- Detrás de la implantación de la asignatura Educación para la Ciudadanía en el currículum escolar obligatorio en España subsiste una «mentalidad agnóstica y de relativismo moral».

Lo denunció el 29 de marzo en Barcelona Alberto Dagnino, presidente de la Asociación Católica de Propagandistas y gran canciller de la Universidad Abat Oliba-CEU, en el acto de clausura de la III Convención de Católicos y Vida Pública celebrado en esta universidad, poniendo de manifiesto la «situación de emergencia» que plantea esa asignatura.

Alberto Dagnino explicó que Educación para la Ciudadanía se basa en «el nuevo agnosticismo cada vez menos escéptico en la práctica social, que pretende dar respuesta a los grandes interrogantes del hombre sin recoger, sin límites éticos ni jurídicos, la dimensión trascendente de la concepción del hombre».

La asignatura, constata, también resiente la influencia del relativismo moral: «dejarse llevar por cualquier viento y doctrina, que va tomando forma en la dictadura del relativismo que deja como medida el propio yo y nuestros antojos».

Todo ello imposibilita construir una verdad moral en nuestra sociedad –constató Dagnino–, trasladándose a ésta que no hay una verdad absoluta porque todo vale igual.

Según el canciller, las consecuencias negativas son evidentes: «La libertad como valor absoluto, la falta de discernimiento entre el bien y el mal y una visión anticristiana de la vida y del hombre».

Para Dagnino, Educación para la Ciudadanía pone en tela de juicio a los titulares del derecho a la educación: «Ésta es una cuestión típica de la mentalidad ilustrada. Hoy ya nadie discute que la educación es un bien imprescindible para el hombre, ni su fin primordial, el desarrollo del hombre. Educación para la Ciudadanía mina sustancialmente el derecho de los padres a elegir la formación que quieren para sus hijos».

Dagnino aclaró la gravedad de Educación para la Ciudadanía con dos rasgos particulares: la obligatoriedad de la asignatura y su incidencia en la formación de la conciencia moral y cívica de los alumnos.

«Educación para la Ciudadanía tiene pretensión de adoctrinamiento ideológico, de ahí nuestra oposición; se justifica por sus contenidos morales, por unos valores que ya estaban presentes en el sistema educativo. Dice que pretende una ética civil común a todos los ciudadanos, pero no todos se verán reflejados en ella», concluyó Dagnino.

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ZENIT Staff

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