BAGDAD, martes, 4 febrero 2008 (ZENIT.org).- En su primer pronunciamiento público tras el secuestro del arzobispo caldeo de Mosul, monseñor Paulos Faraj Rahho, el primer ministro de Irak ha afirmado que todo ataque contra los cristianos es un ataque contra todos los iraquíes.
Un comunicado de la oficina del primer ministro Nuri Al Maliki, publicado por la agencia Aswat Al Iraq, revela que ha enviado una carta al cardenal Emmanuel III Delly, patriarca de Babilonia de los Caldeos, para asegurar que «los cristianos son una parte fundamental del pueblo iraquí y de su civilización, y que todo ataque contra los cristianos es un ataque contra todos los iraquíes».
«Al Maliki –sigue diciendo el comunicado– ha expresado su tristeza por el secuestro del arzobispo caldeo de Mosul, monseñor Paulos Faraj Rahho, tras un ataque en el que murieron tres de sus colaboradores».
El primer ministro confirma al cardenal que «sigue de cerca el caso» y ha pedido al ministro de Interior y a los responsables de la seguridad que trabajen sin tregua para liberar cuanto antes al arzobispo.
Por Tony Assaf
