Antes de viajar a Brasil, Benedicto XVI confiesa su esperanza en Latinoamérica

Ilustra sus expectativas ante la Conferencia General del Episcopado

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 6 mayo 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI reconoció este domingo que su viaje a Brasil, del 9 al 14 de mayo, busca impulsar la labor evangelizadora de la Iglesia para que América Latina siga siendo aún más el «continente de la esperanza».

«Es mi primera visita pastoral a América Latina y me preparo espiritualmente para encontrar al subcontinente americano, donde vive casi la mitad de los católicos de todo el mundo, muchos de los cuales son jóvenes», reconoció el Papa.

«Por este motivo –añadió–, ha sido denominado el “continente de la esperanza”, una esperanza que no sólo afecta a la Iglesia, sino a toda América y a todo el mundo».

Dirigiéndose a los miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano a mediodía, para rezar la oración mariana del «Regina Caeli», el Papa les invitó a rezar «por esta peregrinación apostólica, y en particular por la Quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, para que todos los cristianos de esas regiones se sientan discípulos y misioneros de Cristo, Camino, Verdad y Vida».

Este es precisamente el tema que el Papa ha escogido para esa conferencia, que inaugurará el próximo domingo en el santuario nacional de Nuestra Señora «Aparecida», en la ciudad brasileña del mismo nombre, a 170 kilómetros de Sao Paulo.

Como él mismo recordó, «antes visitaré la cercana metrópoli de Sao Paulo, donde me reuniré con los jóvenes y los obispos del país, y tendré la alegría de incluir en el elenco de los santos al beato Fray Antonio de Santa Ana Galvão».

«Los desafíos del momento actual son muchos y diversificados: por este motivo es importante que los cristianos se formen para que sean “fermento” de bien y “luz” de santidad en nuestro mundo».

Las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano han desempeñado un papel decisivo en la historia de la Iglesia en América Latina en la segunda mitad del siglo XX. Se han celebrado en Río de Janeiro (1955), Medellín (1968), Puebla (1979) y Santo Domingo (1992).

Entre los desafíos que se plantea la cumbre episcopal, según el documento de «Síntesis» preparatorio, se encuentra la necesidad de que los católicos latinoamericanos se conviertan en auténticos misioneros (el encuentro culminará por primera vez con una misión continental), el impresionante avance de las sectas, y las graves injusticias sociales que experimenta el continente.

Participan no sólo obispos de América Latina y del Caribe, sino también representantes de los obispos de España, Portugal (países evangelizadores de Latinoamérica), y de Estados Unidos y Canadá, donde viven muchos de emigrantes latinoamericanos.

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ZENIT Staff

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