La basílica de San Pedro o la columnata de Bernini, en la plaza, explicó el Papa, son «lugares con grandes tesoros de la historia y del arte, pero donde tiene lugar ante todo, por un misterio indescifrable, el encuentro vivo de los peregrinos con el Señor Jesús».
Por este motivo, el Papa recibió en audiencia este viernes, en gesto de «agradecimiento» y en el contexto del nuevo año, a los miembros de la Inspección General de Seguridad Pública del Vaticano.
«Tenéis la tarea de custodiar y vigilar lugares que poseen un valor incalculable para la memoria y la fe de millones de peregrinos», les recordó.
«El pueblo de Dios, el peregrino, cada persona, comprende pasando a vuestro lado, que goza de una protección especial y segura», reconoció.
«Esta es una reflexión válida para cada uno de nosotros: todos estamos llamados a ser custodios de nuestro prójimo», indicó.
«El Señor nos pedirá cuentas de la responsabilidad que se nos ha confiado, del bien o del mal que hayamos hecho a nuestros hermanos: si los hemos acompañado con atención en el camino diario, participando de las preocupaciones y alegrías de su corazón; si hemos estado a su lado, de forma discreta pero constante, en su viaje y les hemos ayudado y servido de apoyo cuando el camino se hacía más difícil y fatigoso», concluyó.