CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 8 enero 2007 (ZENIT.org).- Al repasar los «elementos positivos» de la situación internacional, Benedicto XVI destacó este lunes que el diálogo entre culturas y religiones está ganando terreno.
Así lo constató este lunes al hacer un balance del estado del planeta en el discurso de inicios de año dirigido en el Vaticano a los embajadores de los países que mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede.
Entre los «elementos positivos que caracterizan nuestra época» el Papa mencionó «en primer lugar, la creciente toma de conciencia sobre la importancia del diálogo entre las culturas y entre las religiones».
«Se trata de una necesidad vital, concretamente ante los retos comunes que afectan a la familia y a la sociedad», aseguró.
El Papa quiso poner de relieve que en estos momentos tienen lugar «numerosas iniciativas en este sentido, encaminadas a construir las bases comunes para vivir en concordia».
En segundo lugar, como elemento positivo, el Papa mencionó el hecho de que «la comunidad internacional ha tomado conciencia cada vez más de los enormes retos de nuestro tiempo, así como de los esfuerzos para que se traduzca en actos concretos».
«En el seno de la Organización de las Naciones Unidas, el año pasado se ha creado el Consejo de Derechos Humanos, esperando que centre su actividad en la defensa y promoción de los derechos fundamentales de la persona, en particular el derecho a la vida y el derecho a la libertad religiosa».
En este contexto, el Papa agradeció la labor desempeñada durante sus dos mandatos por el secretario general de la ONU hasta el 31 de diciembre de 2006, Kofi Annan, y formuló sus «mejores votos para su sucesor, el señor Ban Ki-moon, que acaba de asumir sus funciones».
Como tercer elemento positivo, el Papa mencionó «en el ámbito del desarrollo» «diversas iniciativas a las que la Santa Sede ha ofrecido su apoyo, recordando al mismo tiempo que estos proyectos no deben dispensar del compromiso de los países desarrollados de destinar el 0,70% de su producto interior bruto para la ayuda internacional».
Entre otras iniciativas, el cardenal Renato R. Martino compró el 7 de noviembre en nombre de Benedicto XVI la primera obligación (bono solidario) del Fondo Financiero Internacional para la Vacunación (IFFIM, por sus siglas en inglés) con el fin de apoyar decididamente esta iniciativa respaldada por el gobierno británico.
El cuarto elemento positivo mencionado por el obispo de Roma fue «la toma de conciencia sobre la importancia de la lucha contra la corrupción y la promoción de la buena administración».
«Es necesario también fomentar y continuar los esfuerzos realizados con el fin de garantizar la aplicación del derecho humanitario a las personas y a los pueblos, para una protección más eficaz de las poblaciones civiles», añadió.
«Sí, el futuro podrá ser sereno si trabajamos juntos por el hombre», concluyó el Santo Padre. «Que juntos, cada uno en su puesto y con sus propios talentos, sepamos trabajar en la construcción de un humanismo integral, el único que puede garantizar un mundo pacífico, justo y solidario».