CIUDAD DEL VATICANO, 9 agosto (ZENIT.org).- «Señor, busco tu rostro». Las palabras del salmista parecen que están escritas pensando en el misterio de la Sábana Santa. Reproducen con increíble exactitud el recorrido espiritual del peregrino que se acerca a la más amada y discutida reliquia de la cristiandad. Por este motivo, el arzobispo de Turín, monseñor Severino Poletto, las ha escogido como lema para la próxima exposición extraordinaria del Sudario, que según la tradición, envolvió el cuerpo de Cristo al ser sepultado.
Será la exhibición más larga de toda la historia de la Sábana Santa, pues durará del 12 de agosto al 22 de octubre, algo que se debe, en parte, al deseo de permitir la visita de los jóvenes peregrinos que participarán en las Jornadas Mundiales de la Juventud (Roma, 15 al 20 de agosto) y, en parte, al hecho de que las nuevas tecnologías aseguran una mejor conservación de su tejido. La exposición adquiere también un carácter excepcional si se tiene en cuenta que la última se clausuró hace menos de dos años, cuando se celebraban los cien años del descubrimiento de la increíble imagen del hombre del lienzo, realizada gracias a la fotografía de Secondo Pia.
Monseñor Poletto ha querido en esta entrevista –que también ha sido transmitida por «Radio Vaticano»– ilustrar algunas de las novedades de la exposición de este año santo, así como revelar los frutos que podría aportar en el diálogo entre católicos y ortodoxos rusos –que experimentan una particular veneración por la reliquia–. Deja a un lado la polémica sobre los estudios científicos realizados sobre el sudario, cuestión que ya fue afrontada en un Congreso de expertos realizado en Turín del 2 al 5 de marzo. En esa ocasión, la arquidiócesis escuchó los diferentes puntos de vista y los nuevos descubrimientos para tomar decisiones, como por ejemplo, el tipo de estudios a los que podría ser sometida en el futuro la Sábana Santa. Esta decisión corresponde en último término al Papa, custodio de la Sábana Santa, quien ha delegado esta labor en la persona del arzobispo de Turín (Cf. Zenit, ZS00030904).
–¿Por qué se expone otra vez, después de dos años, la Sábana Santa?
–Mi predecesor, el cardenal Saldarini, preguntó a Juan Pablo II si era necesario organizar la exposición en 1998 –aniversario de la primera fotografía– o si consideraba más adecuado esperar al Jubileo. La respuesta del Papa fue: en las dos ocasiones. Por tanto, cuando han pasado tan sólo dos años, estamos listos para una nueva exposición del Sudario: la más larga de todos los tiempos. El 12 de agosto tendrá lugar el inicio oficial con un grupo de jóvenes extranjeros a los que yo mismo les haré de guía. Al día siguiente, el domingo 13, concelebraré la eucaristía con los obispos de Piemonte, dando comienzo así a la exposición oficial.
–¿Habéis recibido ya reservas de los chicos y chicas que llegarán a Roma con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud?
–Ante todo, tenemos la alegría de poder hospedar a casi 10 mil jóvenes en Turín en los días precedentes. Creo que todos los jóvenes extranjeros hospedados en las diócesis de Piemonte, del 12 al 13, tendrán la posibilidad de venir para venerar la Sábana Santa. Precisamente para permitir la visita de quienes no estarán en Piemonte, hemos anticipado las fechas de la exposición, de este modo podrán aprovechar esta oportunidad. Y es que dos exposiciones tan seguidas –quiero subrayarlo– son una auténtica excepción que podría no volver a verificarse. A no ser que haya sorpresas, la próxima exposición tendrá lugar en el próximo año santo.
–¿Se interesan los jóvenes por la Sábana Santa? ¿Cuál fue vuestra experiencia hace dos años, en la exposición precedente?
–En la precedente muestra no se había programado nada de manera específica para los jóvenes. En esta ocasión, el acontecimiento se ha anticipado precisamente para ellos y, por eso, nos hemos organizado para tener momentos dedicados especialmente para ellos. En particular, al inicio.
–Si lo comparamos con la exposición de 1998, ¿cómo se ha preparado el recorrido que tendrán que seguir los peregrinos?
–Se ha enriquecido tanto en la fase precedente al encuentro con el Sudario como en la fase sucesiva. La así llamada «pre-lectura» comienza en los jardines del Palacio Real y pasa detrás de la catedral. Se trata de un recorrido cubierto en el que se invita a los peregrinos a entrar en un clima de silencio y de oración. En esta ocasión, además, hay tres momentos de pausa durante el recorrido, en los que –con imágenes, iconos y textos– se alienta a los peregrinos a entrar en sintonía con lo que verán. A continuación, como ya se hizo en 1998, viene la «sala de la reflexión», en la que con textos en todos los idiomas, se proyecta la visión del sudario en todos sus detalles, con el objetivo de preparar a las personas a comprender el significado de la visión. De este modo, se pasa a venerar la Sábana Santa. A la salida, en esta ocasión, hay novedades interesantes: una estructura prefabricada con doce confesores en varios idiomas y, al lado, una capilla con la adoración eucarística continua.
–Parece que los católicos no son los únicos en interesarse por la Sábana Santa. Ya se han registrado cristianos de otras confesiones que vendrán en peregrinación a Turín.
–En efecto, sobre todo son ortodoxos. En el mes de mayo, viajamos oficialmente a Moscú para visitar al patriarca Alejo II e invitarle a venerar la Sábana Santa. Sabemos que los ortodoxos son sumamente devotos del Sudario. Le dije también al patriarca que sería muy bello el que lograra hacer el «milagro» de venir a Turín a venerar el lienzo y encontrarse con el Santo Padre. Ciertamente, se lo dije únicamente a título personal. Alejo II se interesó mucho, pero dado que todavía no se ha preparado el encuentro con el Papa, enviará al metropolitano Kiril, que es uno de sus colaboradores más cercanos, y que llegará acompañado por una delegación oficial de cuatro personas. Juntos celebraremos las vísperas solemnes, presididas por el metropolitano, ante la Sábana Santa.